Escondido encanto

Buen ejemplo de recuperación de una antigua bodega tradicional. Se conservan toneles, neveras y todo con un acertado gusto que le confiere un encanto especial. Clientela fiel con cada vez más guiris, que poco a poco se atreven a entrar por las callejuelas más recónditas del Gòtic.
Cocina sin pretensiones. Buenas bravas con salsa al estilo calçots, tortillas, quesos, embutidos y buenas bombas. También cuidan las conservas.
Unos cuantos vinos por copas, bien seleccionados pero mal de temperatura. Su conservación se debería mejorar, sobretodo da un poco de miedo en verano. Yo me pido siempre cerveza o vino blanco cuando aprieta el calor.
Estupendo para quedar bien con alguien que viene de fuera. Está en pleno centro y haces una paradita de lujo en la visita a la ciudad.
Lo recomiendo.
Tenéis la crítica completa de las bravas en: http://bravasbcn.blogspot.com

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