Tras visitar las instalaciones de la bodega decidimos comer en el

Tras visitar las instalaciones de la bodega decidimos comer en el restaurante regentado por el chef del Portal de Echaurren. El comedor, al que se acede de modo independiente desde la planta baja por medio de un ascensor, resulta impactante pero a su vez destella cierta sensación de enclaustramiento; parece pequeño y forzado.

Las mesas, la mantelería, la cristaleria y la cubertería, como cabe esperar de un lugar así, combinan calidad y diseño a partes iguales. El servicio excepcional, muy atento aunque algo rígido y rimbombante, posiblemente debido a su inexperiencia y a su afan por hacerlo bien. Soy más partidario de un servicio profesional, discreto y sobre todo natural y cercano, sea cual sea el local en el que nos encontremos.

La comida, bien. Puedo decir que salí satisfecho. El huevo a baja temperatura con trufa y hongos fue quizá el plato más flojo. Destacable el risotto de hongos. Los platos de carne, que es lo que comimos todos los comensales, resultaron un poco extridentes, como si no encajara el producto principal con su acompañamiento y presentancion. Los postres correctos.

En cuanto al precio, lo esperado en un sitio de estos, pero tampoco excesivo. Tengan en cuenta que es el restaurante gastronómico de un 5* perteneciente a la cadena "The Luxury Collection".

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