Cocina real Tailandesa

El local esta situado justo detrás del hotel puerta de America, es una zona amplia con mucho aparcamiento pero posiblemente en horas punta será complicado encontrar sitio, justo enfrente tenemos un parking publico.
El comedor del restaurante es amplio y de forma rectangular, nada mas entrar encontramos 4 mesas para 4 comensales y el resto de las mesas están colocadas en hilera a ambos lados de la sala. Las mesas son informales, con manteles individuales de papel.
Tenemos que aclarar que el día de la visita, tuvimos la mala suerte de sufrir una ruidosa comida de empresa de mas de 30 personas que estaba colocada a uno de los laterales de la sala. Esto creemos que condiciono el servicio en sala, cocina, además de el desagradable ruido que tuvimos que soportar.
En la carta podemos encontrar primero unas sugerencias, luego 4 menús, dos picantes corto y largo, y dos sin picante también corto y largo. Entradas, ensaladas, sopas, mariscos, aves, carnes, y pastas podemos ver en el resto de la completa carta. Los platos picantes están indicados con una escala de 1 al cinco al 5. El 1 suave y 5 es el infierno.
Para picar tomamos una selección de rollitos Po Pia Tod, unas brochetas de pollo Satay y una ensalada de entrecot de buey Yam Nuea. Estos 3 platos llegaron de golpe a al mesa sin ningún tipo de indicación por parte del camarero, realmente las entradas fueron las que mas nos gustaron los rollitos (solo 3 y pequeños) estaban deliciosos muy ligeros y sutiles con agradables fragancias. Las brochetas marinadas muy ricas también con delicados aromas a coco, a pesar de tener un grado 1 de picante no picaban nada. La ensalada tenía lima kaffir que junto con las verduras y el entrecot hacia un buen contraste.
De segundos un pollo en salsa massaman y entrecot de buey con un grado 3 de picante (no recordamos el nombre). Estos fueron mas contundentes y con muchos matices. El pollo tenia un fuerte sabor a canela, que personalmente no nos gusto mucho, demasiado cosmético. El buey estaba perfecto de punto con un toque de picante muy agradable.
De postre, una tarta crujiente de chocolate y avellanas, muy rica y ligera.
En cuanto a vinos, la carta es amplia con un poco de cada zona, pero se hecha en falta mas espumosos y blancos, pero muy correcta para este tipo de restaurante. Nos decidimos por pedir un Placet 2007.
Podemos resumir, que la experiencia en cuanto ambiente fue horrorosa, un ruido insoportable en la sala, los camareros con prisas y atropellados, auque eso si, muy amables. En cuanto a la comida, un poco escasas las raciones. Claros y algún oscuro para esta cena.

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