Con respecto a la cocina, no hay mucho que decir, los chipirones en su tinta y el bacalao siguen siendo excepecionales, pero la paella (arroz guisado), por lo menos las que no sirvieron a nosotros, estaba demasiado "cremosa", como dice Tato el dueño, yo diría que esta un pelin (ojo solo pelin), pasado/a.
El vino también bastante caro, una botella de Viña Puebla selección, que en cualquieer sitio se encuentra a 7-9 € V.P., en su carta lo ofrecen a 18 €, me parece excesivo.
La atención, a pesar de que estabamos casi solos, creo que había solo tres mesas ocupadas, igualmente ha flojeado.
En definitiva solo se eleva el precio y baja la calidad y el servicio.
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