Maravillosos los desayunos con la Ria de Arosa de vista y al fondo O Grove, rodeado de agua por todos lados, las cenas de ensueño, cualquier poeta necesitaría este ambiente para inspirarse, dos músicos tocando canciones melodiosas, con guitarra, organo y violin, la vista, hasta que anochece de la hermosisima Ria de Arosa excelsa y la comida bastante bien. Solo por ponerle un pero, hay mucha gente que no sabe apreciar los grandes momentos y se dedicaban a hablar en voz alta mientros estos maestros tocaban.
En el restaurante en general los precios un pelin subidos, pero valia la pena por el entorno y el acompañamiento, la carta de vinos como siempre con inmensa mayoría de Rias Baixas, aunque hay acceso a otros vinos, los postres muy rico, como en todos los Restaurantes que estuvimos.
Lo dicho recomiento este hotel a cualquiera, sobre todo en las cenas, maravilla de las maravillas.
No hay problema de aparcamiento y cenar por persona puede costar entre 40-50 €.
Comer a mediodia (almuerzo) sale bastante más caro, pero el cocinero es una maravilla y vale la pena por lo menos hacerlo una vez, sobresaliente a este señor.