Decepción

Comida de viaje entre Valladolid y Alicante.
reserva por tfno la misma mañana (12.30) para 4 personas a las 15.30. Esperaba esta comida con mucha ilusión pues no había tenido ocasión de conocer el restaurante anteriormente y venía avalado entre mis conocidos por muy buenos comentarios. Para empezar, unas dificultades tremendas para dejar el coche (tiene aparcamiento privado en garaje con capacidad para 4 plazas), tras dos vueltas por la zona y ocupando parte de un paso de peatones decido dejar el coche esperando no recibir una multa. El local,espacioso, bien decorado, he leído que ampliado hace poco. pedimos como entrantes para compartir croquetas de jamón ibérico, impresionantes y huevos con jamón, respetables; habíamos pedido como plato principal gazpachos para los 4. tras las croquetas transcurrieron 45 minutos, momento en el cual nos comenta nuestro camarero que no nos pueden ofrecer gazpachos porque ¡se han quedado sin carne!. ofreciéndonos la alternativa de prepararlos con pescado. escuso relatar nustra reacción, tras las protestas lógicas, consiguen "milagrosamente" algo de carne para preparar cuatro raciones "huerfanas" de carne y caracoles, no sin antes habernos servidos los huevos. como postres pedimos para compartir una especie de suflé de melocotón (...) y una milhoja de crema. sin comentarios. Solo comentar que lo mejor de la comida fué el vino: una botella de Alaya 2010, D.O. Almansa, monovarietal garnacha tintorera, espectacular.
Resumen: lamentable experiencia y gran decepción. falta de profesionalidad en la dirección y en la cocina y correcto el servicio.

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