Resturante muy coqueto. Servicio perfecto. La carta es corta pero el producto que elaboran es exquisito. Tomamos un ajoarriero (de lo mejores que he tomado) calamar plancha (en su punto) y una fideada de pato con setas que quitaba el sentido. Tiene una variedad de vinos "excasa" pero por lo menos de las denominaciones de origen más conocidas de España tiene uno de cada. Los postres son caseros y para terminar y dejar un buen gusto son ideales. Para los niños te hacen comida especial, fideos, huevos con patatas, tortillas......Si vas por la zona os recomiendo que lo probeis y del precio no es preocupeis os va a sorprender.
Un local la mar de agradable que merece la pena de ir hasta Higueruelas. Es una antigua casa del siglo XIX restaurada sin estridencias. La carta es cortita, supongo que porque hay pocas mesas y los dueños se esfuerzan en servir una comida de corte casero, muy bien hecha y presentada con sencillez. La olla serrana (o churra) está para repetir y los postres, sobre todo la calabaza con helado de merengue, están riquísimos. La carta de vinos también es corta pero los dos que pedimos los acertamos. La atención muy cercana y la chimenea para los días de invierno agradabilísima. La relación calidad precio, sorprendente. Creo que sólo abre fines de semana y fiestas de guardar, aunque no estoy muy seguro.
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