Exquisito, agradable, delicioso y muy humano
Cuando uno entra en el restaurante de Ximo Sáez se abren las puertas de un mundo de sabores deliciosos. Ximo ha sabido darle a su cocina ese toque entre tradicional y sofisticado, con toques de originalidad y matices sólo reservados a los maestros de la buena cocina. Sentarse a una mesa con los manjares de Ximo no es comer... es saborear, degustar, paladear, sentir cómo lo bueno de cada ingrediente se funde en algo delicadamente delicioso, de gran exquisitez, muy agradable.
El restaurante Ximo Sáez es un rincón tranquilo, elegante, íntimo, cálido y muy agradable donde ir sencillamente a disfrutar. Si uno se empeña en querer encontrar alguna cosa que no sea perfecta lo logrará, pero si va a disfrutar de sus sabores saldrá de nuevo por sus puertas con una gran satisfacción y con ganas de regresar lo antes posible.
Y por si esto fuera poco, la calidad humana y el trato de este joven aunque experto cocinero es uno de los mejores ingredientes con los que sazonar nuestra estancia en este más que recomendable restaurante. No hay más que conversar con Ximo unos minutos para contagiarse de su amor por la cocina. Un sitio sin duda de visita indispensable para quienes saben disfrutar de lo mejor.
Enhorabuena, Ximo.