Muy bueno pero al final sorpresa.

Un restaurante con muy buena oferta de mariscos y todo tipo de pescados, la carta de vino tampoco estaba nada mal.
Las croquetas de camarones las recomiendo, las ostras frescas y grandes, las almejas bastante bien, aunque en ningun sitio de Galicia que yo haya probado, superan a las de El Cristo en Elvas.
El pulpo a la feria bien sin más, los calamares tiernos y bien "hechos", en definitiva todo lo tomado en general notable alto. El vino un Fillaboa riquisimo y a buen precio (18 €).
Todo esto por 90 € para dos personas, lo cual quiere decir que el precio esta bastante bien, el problema vino al final, cuando un muchacho joven, debía ser el hijo del jefe o de alguien muy allegado, no indicó que si queríamos un "chupito" de algo, lógicamente a la invitación contestamos que si, pero sorpresa de las sorpresas, venía incluido en la fra. y ademas a 2 € la unidad, o sea más caro que en una discoteca de playa.
Una VERDADERA PENA, que en un Restaurante donde casi todo esta bien cuidado (los vinos, cavas y champagne en cavas), no tengan en cuenta el detalle de cobrar una copa de orujo sin marca, que a ellos les debe de salir a 0,20 € como máximo.
El dueño un auténtico HOMBRE MARKETING, tiene el bar anexionado al comedor, pero este esta dando todo a la calle, para que la gente que pasa pueda ver que hay alguien dentro (ya sabemos que somos aficionados a entrar donde vemos personas). LLena primero las mesas que se ven desde el exterior, para que de la sensación de "movimiento", aunque para ello tenga que montar mesas nuevas y molestar a los que estábamos comiendo, como hizo con nosotros.
En fin en general recomendable, pero mucho cuidado con el "chavalin" con carita de angel que viene con la botella sin marca (debe ser el orujo de garrafón) y luego te soplan 2 € por un chupito que ni lo llenan.
No hay posibilidad de aparcamiento.