Comida familiar para 7 personas (1 de ellas un niño) en la zona de playa de Xeraco (Valencia). Hace un par de años estuvimos comiendo una paella de marisco muy buena, en su punto.

Acudimos al segundo turno de comidas (a rebentar de gente), puntuales como un clavo, pedimos para picar un par de platos de mejillones al vapor (buenos), de calamares a la romana (muy mejorables en calidad, rebozado y cantidad), dos ensaladas valencianas (que realmente eran un puñado de olivas con dos hojas de lechuga y un pedacito, sí 1 pedacito de salmorra) y una paella de mariscos para todos. Bebemos cervezas, fanta, gaseosa... y en vino la que consideramos mejor opción de blancos, Prado Rey Verdejo, nulo tratamiento de vino o copas (tampoco lo esperábamos) y hay que pedir una cubitera que nos preparan sin problemas.

El susto de verdad nos viene al probar el arroz, está totalmente pasado (empastrat que decimos en valencia). Como uno de nosotros se queda allí todo el verano, lo ocnocen y va a volver no tenemos más remedio que hacer el comentario pero sin llegar a más.

De postres helados, sandía ( 2,50 cuando las regalan porque no sale a cuenta ni cogerlas), cafés y nos invitan a un chupito por el incidente de la paella (teniendo en cuenta que cada ración sale a 12 euros bien podrían haber puesto un cubata, en fin). A todo esto, el alcohol no salía, según el camarero porque estaba en el congelador, ¿alguién me puede explicar eso?.

Haciendo honor a la verdad la bebida no nos sale cara pero salimos a 25 euros cada uno de los siete y el arroz se quedó prácticamente todo. No es caro, o sí, según se mire.

Le decimos a quien nos lleva que la próxima vez nos queremos paella a menos que la cocine él... como cambian los sitios, vaya.