Un comedor de dimensiones considerables con un montón de mesas de buen tamaño, cuando llegamos a las 13,45 no había ninguna mesa ocupada, no pudimos reservar previamente porque no funcionaba el teléfono, en la fonda ni se habían enterado, dijeron que seguramente era debido a las fuertes tormentas que días antes habían caído en la zona.
Sábado al mediodía y sólo disponen de menú de fin de semana a un precio de 22 € incluyendo agua, vino y postre, siete opciones para los primeros y seis para los segundos.
El postre hay que pedirlo al efectuar la comanda.
Pedimos verduras de temporada a la brasa de carbón con salsa romesco y mejillones al vapor de segundos careta de cerdo rustida al horno a la mostaza en grano y muselina de patata y redondo de ternera guisada con setas de temporada, dos clásicos guisos de la cocina tradicional catalana bien ejecutados.
Siendo platos con salsa el servicio de pan era una sola rebanada por lo que teníamos que reclamar constantemente su reposición.
Los postres, tiramisú y flan de coco y vainilla.
Una botella de agua de un litro y una botella de vino tinto de la D.O. Catalunya Clos Primat acorde con el precio del menú que fué descorchada en la mesa
Dos cafés.
Servicio a cargo de un camarero que seguramente trabaja a disgusto y no tiene ninguna empatia con los clientes.
Al terminar la comida sólo dos mesas más fueron ocupadas, total seis comensales en este servicio, posiblemente algo falla.
La relación calidad precio es buena.