Enclavado en el club náutico de Canet d'En Berenguer, las vistas al mar y la pequeña flota de yates y barcos es preciosa. El lugar es fresco, lo que permite comer en la terraza en pleno verano y disfrutar de sus privilegiadas vistas. Otra historia es el restaurante en su interior, donde los baños necesitan de una reforma urgente y se nota el paso del tiempo en las paredes y mobiliario.
Cocina mediterránea con una oferta basado en el pescado y los arroces. Escogimos un menú de mediodía por 20,50€ de buena calidad y con raciones generosas. A destacar la musaka con gambas, correcta la paella de pollo y conejo, una carrillada en su punto de cocción y un salmón muy rico con salsa de setas. Los postres industriales bajan la calidad del conjunto y el pan es de barra y bastante bueno.
La carta de vinos es sencilla, con las referencias típicas y con poca cosa interesante. Blancos y espumosos son los más afectados de esta selección y las copas son muy mejorables.

Sin lugar a duda, es un buen sitio donde comer a mediodía, con una muy buena RCP y para disfrutar de su terraza sin padecer los precios ni las bajas calidades de otros negocios a pie de playa. Si está por la zona lo tendría claro.