Restaurante en claro y rápido declive. En mi cuarta visita la decepción ha sido notable, el servicio ha perdido mucho y los platos, aunque muy bien presentados, distan mucho de la calidad e innovación que se le presupondría a un restaurante de esta categoría. Pierde comba y como no se pongan las pilas sus muy buenos competidores comarcales le van a arrinconar.
Magnífico restaurante, bonito entorno (nos sirvieron el aperitivo en el agradable jardín), comedor amplio con varios ambientes. Comimos el menú degustación al precio nominal de 60 euros por persona. La comida fue variada, con platos muy bien preparados, algunos de forma tradicional y otros de forma innovadora. Extensa e interesante carta de vinos, copas Riedel, acertada recomendación del sumiller, que nos decantó el vino adecuadamente. Panes de un horno de leña cercano, muy bueno. Buen carro de quesos con excelentes mermeladas. Postres, café, coca, chocolate, y polo de ratafía, todo excelente. Servicio joven, muy profesional. En resumen, un restaurante para gozar si uno sabe que La Garrotxa es una comarca de interior y los productos de la tierra, de la zona y de la temporada son los que son, y son los que sirve este restaurante. Para finalizar nos mostraron la cocina y nos saludó la Sra. Puigdevall. Precio final, unos 75 euros por persona, sin el vino.
Una masia encantadora con una decoración de diseño y fria, salón muy oscuro y con unas paredes muy gruesas, si, las sillas un poco incómodas. Muy acojedor, bonita bodega y con muchas referencias. El menú degustación delicioso y ocho platos muy bien repartidos y con productos de la tierra y de temporada. Personalmente creo que habia mucha espumita y gelatinas. En general muy bien.
El restaurante está en un entorno privilegiado. Masia tradicional, con una decoración fuera de lo común. La carta de vinos es espectacular y el trato del personal sublime. Nada que ver con una cocina más bien basta (exceso de patatas y cerdos). Nos desilusionó que tan solo se nos sirviera un pescado en el menú degustación, que además de no ser fresco estaba frío de nevera. Nada que ver con el postre "Paisatge Volcànic" que se mereció una felicitación personal a Fina Puigdeval. En definitiva bueno pero le sobra la estrella, a mi parecer...
Restaurante con premios de diseño por su decoracion. reconozco que es original pero, para mi gusto, nada acogedora ni comoda. En cuanto a la comida le falta sabor, los puntos de coccion son aceptables pero a mi personalmente no me dijo nada. Incluso el carro de quesos esta muy alejado de lo que se podria esperar en un restaurante con una estrella michelin. Buena carta de vinos con servicio algo deficiente (la botella te la dejan lejos y en varias ocasiones tuvimos que pedir vino).
No creo que pueda ser una refencia en la zona teniendo Ca L´Enric en la Vall de Bianya y Casa Marques en Camprodon (los dos muy superiores a éste)
La puntuacion en el entorno es neutra puesto que , aunque a mi no me guste ni la decoracion ni la disposicion de las mesas debo estar equivocado frente a tanto reconocimiento.
Buen restaurante, buen servicio, buena decoración, sillas y mesas de mucho diseño pero ligeramente incomodas, trato agradable con el talante propio de la zona.
El menu degustación muy bien ordenado y con una preparación excelente, la carta de vinos es muy extensa pero probablemente hubiera agradecido cierta ayuda en el maridaje.
Lo dicho, menu degustación dos personas (había una hormiga que corria por la mesa pero os juro que no se comió nada) 190 euros...
Espectacular restaurante en cuanto a decoración.
Cocina poco emocionante, le falta algo de potencia en sabores y la carne de cerdo tiene demasiado protagonismo.
No comparto la idea de no tener pescado en la carta; estamos hablando de 1 estrella!
Postres divertidos.
Bodega y servicio del vino muy buenos. Muy buenas copas.
Los precios son muy correctos, ahunque claro está, la materia prima es muy asequible.Pienso que hay que ir para ver el local. La cocina no merece el viaje.
Excelente restaurante, con una estrella michellin muy bien ganada
Excelente restaurante que tiene muy bien ganada su estrella Michelín. Chalet modernista rodeado de bonitos jardines. Decoración de sala moderna, pero un poco fria. Servicio profesional y competente, muy atento y cortes. Excelente la comida maridan muy bien los helados con platos calientes y el dulce- salado. Cocina vanguardista y muy elaborada. Carta de vino muy amplia con referencias europeas. Servicio de vino como debe ser con copas adecuadas y decantan si es preciso. Para volver a disfrutar.
Buen restaurante de Olot. De estetica arquitectónica super avantguardista... el servicio estuvo muy bien, el menú de degustación largo y raciones cortas aunque muy apetecibles. El precio acorde con una estrella. La carta de vinos original dirigida por un buen sommelier: Ramón.
Un sitio para visitar almenos una vez.
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