1+1 no siempre son 2
Este es uno de esos sitios a los que vas y cuando vuelves otra vez no sabrías decir porque has vuelto,pero estas ahí de nuevo.Me explico:Por un lado tiene una decoración curiosa y hasta atractiva pero a su vez el espacio entre mesas es como el del VIPS, luego no es la comodidad su principal activo.Por otro lado siempre está abarrotado y con una pésima acústica.Es difícil entenderte en tu propia mesa.
La comida sin ser nada del otro jueves tiene una presentación menos rutinaria que en otros sitios de similar categoría,con algo más de gracia y colorido.
Incluso su sistema de menú facilita la organización de la cena cuando ésta se trata de grupos grandes de personas.La carta tiene un apartado de primeros y tres de segundos.Los precios son fijos según elijas un primero y un segundo de cualquiera de los tres apartados,conformando unos precios de 16.5€ 19.5€ ó 22.5€ respectivamente.
El apartado del vino "ni está ni se le espera" con una carta con siete referencias de la vieja escuela; eso sí con unos precios muy apañaditos
Entrando en materia:
Cena para seis personas:Rollitos de primavera,ensalada de salmorejo,dos de alcachofas gratinadas,sopa de verduras y verduras plancha.
Como segundos:Solomillo ibérico con foie,magret de pato, escalopines al limón, tacos de atún (desde luego no era rojo)con verduras para los otros tres.
La carta de postres también tiene un precio fijo creo que a 2.75€.En este caso pedimos un arroz con leche y ralladura de coco con helado de violetas.
Dos infusiones y un cortado.
Para beber pedimos un par de botellas de Martínez Lacuesta crianza y un par de cervezas.Ni que decir tiene que las copas del vino muy flojitas.
La cuenta ascendió a 166€.
Pues eso, que analizando las valoraciones individuales nos dicen que no hay nada destacable pero el conjunto de todas ellas no hacen que el sitio sea descartable.