Ubicado en la travesía de Vilamarxant, Villamar es un local decorado estilo mesón, con barriles y muebles de gusto castellano.
Nos dejamos recomendar por el propietario y cocinero, J. Calatayud, que quiere mucho a sus productos, a sí mismo y resulta bastante amable. Nos ofreció un menú de degustación de 25 € (sin IVA). Empezamos con un foie micuit con confitura de melocotón y fresa, junto con tres tipos de sal para acompañar a gusto de cada cual. Después, una ensalada con canónigos, lechugas varias, queso de Burgos y pimiento confitado y, aparte, una pieza volátil de caza escabechada. Anchoas con salsa de tomate; plato de jamón ibérico y queso; salmón y bacalao ahumados también con tomate y aceite virgen, con un toque de cítricos; champiñón relleno con base de naranja; tomate valenciano y esgarraet "sui generis" completaron la cena. Muy buenos los aceites extra.
Fueron algo insistentes, pero sin llegar a pesados, en que pidiéramos una carne o pescado para rematar. Obviamente, no lo hicimos. La calidad no estuvo mal, pero hay que tener en cuenta que la degustación no incluía platos elaborados, más bien fríos. No nos gustó que J. Calatayud saliera de la cocina al comedor fumando (es el cocinero) ni la rapidez con la que se llevaban los platos. Tampoco que nos cobraran 2 € por persona en concepto de pan y tostas.
En cuanto a los vinos, bonita carta con mayoría de caldos valencianos y también con erratas (del tipo "Biología" por "Bilogía"). Pedimos Maduresa '06 (21,91 € sin IVA) y el sumiller envinó las copas (como hizo también con mi cava de aperitivo!), correctísimas, y nos fue sirviendo a lo largo de toda la cena.