En su tarjeta han escrito: "Una taberna urbana de qualitat"... Pues no lo veo así.

El local es bonito, intenta ser estiloso... pero se queda en el intento. Mantelillos de papel, cubiertos y vajilla normales, copas normales... diferentes si pides el vino a copas (copa de agua) o por botellas (copas sensiblemente mejores). Tienen una pequeña terraza con cuatro o cinco mesas.

El servicio, deplorable. El camarero, bien, pero la camarera no es nada profesional. Le encargamos un cortado y la cuenta... Después de 10 minutos de espera entré al lavabo -cenamos en la terraza- y cancelé el cortado y volví a pedir la cuenta. Cuando salí del lavabo, el cortado estaba esperando. Repetí, esta vez con el camarero presente, que lo había cancelado. La camarera respondió que no me había oído bien... pero estaba preparando la cuenta; es decir, algo había oído. Me quedé en la barra esperando la cuenta -teníamos prisa- a pesar de que me indicaron hasta 3 veces que me la llevarían a la mesa y les respondí 3 veces que prefería esperarme en la barra. La camarera tuvo que preguntar varias veces al camarero cómo o dónde debía cobrar algunos de los platos. Se pasó unos 5 minutos para preparar la cuenta de una mesa de 2 comensales que tomaron 5 platos y 3 bebidas... e incluyó el cortado, que tuvo que descontar a mano.

Tomamos:
- Huevos estrellados con patatas y jamón: Muy buenas las patatas fritas, cortadas un poco más gruesas que las patatas paja. El jamón frito, pasable. El huevo no estaba estrellado, era un huevo frito... y bastante pasado.
- Tomate raf con bonito: Correcto el bonito. No así el tomate ni la cebolla, que usaron para decorar el plato. La vinagreta de mostaza, bien. Dos aceitunas negras completaban el plato. Cantidad muy justa.
- Boquerones en vinagre: Blanduchos. Servidos sobre una cama de aceite. Eché en falta el ajo picado.
- Lacón: Correcto, sin más.
- Revuelto de gambas y espárragos trigueros: Buenos los espárragos. Las gambitas congeladas... pues eso. En conjunto, aceptable.

Tomamos 2 botellas de agua y una copa de vino blanco L'Oreneta (1,80€). A pesar de que casi todos los vinos eran de la zona, el único que me sonaba era el Pago de los Capellanes...

Carta poco apetecible que incluía "brabes", croquetas, buñuelos,... Ni rastro de los "montaditos" que publicitan en su tarjeta. Había un par de platos fuera de la carta, que no nos ofrecieron. El revuelto lo leímos en una pizarra de la sala interior.

No creo que vuelva.