Bar/restaurante de aire juvenil, con decoración ambientada en los viajes y cruce de culturas, que retiradas las mesas perfectamente podría ser un pub o una cafetería, si no lo es ya, y con una propuesta gastronómica interesante, aunque un tanto deficiente en ejecución. Montaje de mesa flojo en todos sus puntos, desde los manteles, que aun para ser de papel eran excesivamente simples. Servicio correcto, tanto en formas, como en tiempos, no destacó por bueno ni por malo.
Carta de vinos flojita, y cara para la calidad de los vinos y la oferta propuesta (Enate 12,50€, Martín Berdugo Barrica 13,50€ , Beronia Crianza 12,50€ , Baltasar Gracián Viñas Viejas 12,50 €), por no hablar del servicio, tanto en la calidad de la cristalería (ínfima), como en el trato del mismo, y es que no nos importa que no nos den a probar según que vinos y en según que ambientes, pero no estaría de más no traer la botella descorchada, a no ser que sea por ambientación, y quieran parecer un restaurante chino de barrio (de Guangzhou).
De la cena, no es que se cenase mal, sino que le faltaba espíritu a las preparaciones, carta con platos traidos de diversas partes del mundo, que al final no dejan de ser platos tirando a normales, con algún ingrediente (o preparación) ligeramente fuera de la cocina habitual (tan poco corriente como el curry, cilantro o el guacamole), así que en lineas generales, flojito en calidad del producto, en elaboración y en resultado, y sin ser caro, tampoco se puede considerar barato, ya que los platos oscilan entre los 8-9 € las ensaladas y platos más ligerito, a expeción de los bocadillos y las cremas, hasta los 12-16,5€ los platos más contundentes, como la selección de tapas de carne del mundo o el solomillo de Buey, respectivamente. Pero recalco que no comimos mal, sólo que nos dejó frios, quizás en un ambiente más festivo, estilo pandilla de amigos con ganas de pasarlo bien, más que de cenar apropiadamete, podría ser una opción interesante.
Precio final con 6 platos de la carta, 2 postre, 2 cafés, 1 botella de agua, y 2 botellas de Martín Berdugo Barrica, unos 120€ de 4 personas. Tirando a caro, analizando el conjunto.
Tienen 3 menús, uno más simple con una excesiva presencia de la espinaca, a mi parecer (22€ + IVA y bebida), y otros dos por encargo un tanto más especiales, con uno de ellos con el Foie (30€ + IVA y bebida) de protagonista, y otro a base de foie, bogavante y solomillo de buey (36€ + IVA y bebida), y que dudo que algún día llegue a probar.