Un gran sitio y un gran cocinero

Tiempo llevábamos detrás de visitar este restaurante del que teníamos buenas referencias a través de foreros que ya lo habían disfrutado.
Poco tengo que comentar sobre el local que ya no se haya dicho, gastro-bar en la planta superior con un par de mesas, bullicioso y reducido tamaño por la afluencia de clientes en la barra, buena señal, y más tranquilo y espacioso el salón de abajo, con buena separación entre mesas.
Mesas separadas y cómodas
Pedimos un menú cerrado por 50.-€ que se compuso de:
Aperitivo mantequilla de cítricos, frutos secos tostados y plátano macho frito, con un suave sabor a bollería esta mantequilla, hubiese seguido haciendo barquitos toda la noche
Aceitunas de campo real esféricas, de agradable textura y sabor
Ostra con caviar cítrico, un clásico por lo que veo, y es muy buena la verdad, fue un detalle de Rodrigo ya que no entraba en el menú y nos la puso a los que no la conocíamos.
Cous-cous de crucíferas con espárragos verdes, no sé si estaban más ricos los espárragos que el cus-cus, o el cus-cus que los espárragos.
Mosaico de verduras de primavera, la primera estrella de la noche, con un fondo de yema de huevo y puré, muy, muy rico
Risoto de colmenillas con tuber melanosporum, otra especialidad de la casa, los arroces, muy bueno
Mero en papillote de cidra y caldo de galeras, sabor, sabor, y sabor.
Carrillera de ternera a baja temperatura con curry rojo, la segunda estrella de la noche, con esa técnica de cocción a baja temperatura mucho tiempo, perfecto, repetí.
Steak tartar con hojas de mertensia marítima, nunca me ha gustado esta elaboración, nunca había conseguido comerme más que una pizca del plato de alguien, me comí tres cuartos del plato, la textura y el sabor que consigue Rodrigo es otra cosa.
Tarta de queso con frutos rojos, la tercera estrella de la noche, rico, rico
Torrija empapada en leche de bergamota, el remate perfecto.
El servicio de sala y vino a cargo de Cristina es profesional, así como el resto del equipo.
Terminamos la velada con una degustación de GT, porque probamos de varias ginebras, tranquilos y con la sensación de haber disfrutado cada plato muy mucho.

Previa llamada al restaurante accedieron amablemente a que nosotros llevásemos los vinos, teníamos unas rarezas que queríamos probar. Por lo tanto el precio que indico es sin vinos.

Rodrigo de la Calle es un restaurante que recomiendo, por calidad, por innovación, por el cuidadoso trato que le dan a la materia prima y por la pasión y profesionalidad que Rodrigo y su equipo refleja en lo que hace.
simplemente me parecio todo genia

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Turu

    Muy de acuerdo. Esta gente monta unos menús tremendos, con una relación cantidad-calidad muy interesante.

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