Para mi criterio, 20 minutos en entregar la carta y 40 en servir el aperitivo, dice muy poco del servicio y por tanto del local.
Grandes expectativas cumplidas
SERVICIO DEL VINO:
8.5
8.1
COMIDA:
8.5
ENTORNO:
7
CALIDAD-PRECIO:
8.5
Ambiente distendido en la parte de arriba (winebar) e íntimo y agradable en la parte inferor. Sólo dos personas atendiendo en esta sala, con aforo completo de 26 personas, por lo que no es de extrañar que tardaran 20 minutos en darnos carta y 40 minutos en servir aperitivo. Aún así, atentos y agradables. Tomamos el menú degustación:
-Aceitunas con su esferificación: original, bien
-Brandada de bacalao con tomate: bien
-Foie de micuit al PX con espuma de miel de flores y naranja amarga: muy bueno
-Arroz con frutos del mar: fantástico
-Bonito a la brasa con pimientos y pipeta de fondo de mar: bueno
-Rabo de toro guisado al vino tinto: sabrosísimo
-Oro y chocolate: pasable
Pedimos aparte: menestra con verduras del desierto y ensalada de tomates. Muy bien.
Al ser 6 personas, nos maridaron bastante bien el menú: Val del Sil, Predicador blanco, Champagne rosé, Capilla del Fraile shyrah, Mendoza Malbec AltaVista, Dolç de Mendoza. Aunque no pude ver la carta de vinos, el maridaje salió muy bien de precio.
Cantidades generosas y muy buena relación calidad-precio (62 euros/persona). Respeto al producto, platos actuales sin perder la tradición y apto para todos los gustos.