Familiar, discreto, con buena carta de vino Valenciano y unos platos bien elaborados con un toque moderno. Es un local tanto para repetir como para recomendar.
Sencillo local de corte rústico con dos salas separadas por unos finos arcos de madera. La primera de ellas es un bar, con una sólida barra, aunque con mesas y servicio de restaurante, y la segunda el restaurante propiamente dicho.
Suelos de barro cocido, mobiliario de madera y paredes revocadas entre rústico y veneciano y repletas de cuadros de los más diversos estilos.
Cocina de mercado, sencilla pero interesante. Todo lo que nos sirvieron estaba apetitoso:
---Entradas
•Revuelto de morcilla con piñones y manzana caramelizada. Atractivo el toque dulzón de la manzana.
•Chopitos con habitas y ajetes, con una punta de guindilla que realzaba su sabor.
---Principal
•Bacalao rebozado con cebolla confitada y piñones. Jugoso y sabroso.
---Postre
•Fartons sobre helado y recubierto de crema de chocolate. Logrado.
Regamos el almuerzo con un blanquito que no estaba mal, Ermita D´Espiells, que seleccionamos de una carta de vinos cortita y con presentación deficiente, servido sin mimo pero en buenas copas.
Servicio familiar, atento y rápido.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.