Desilusión

Una pena la evolución a peor de Casa Juan. Somos de Sevilla y mi primera visita fue en diciembre de 2011 y nos gustó muchísimo, con sus fallos y sus limitaciones, hemos sido buenos prescriptores. Hemos estado este pasado fin de semana y creo que no volveremos, al menos en un tiempo. En primer lugar, el jefe de Sala no te puede ASEGURAR que un producto no lleva un ingrediente al que es INTOLERANTE, para (como no nos fiábamos y la intolerancia es alta) pedir la etiqueta y mientras el jefe de Sala insistía (”Ve? ¡No tiene lactosa!) llevarnos las manos a la cabeza al ver en el etiquetado “LECHE”. Luego, nos pusieron unas almejas auténticamente abominables, indignas y, en general, bastante menos calidad y cantidad en comida y servicio que hace un tiempo.