La boutique del mejillón.

Muy cerca de la Grand Place, en una zona repleta de restaurantes, se encuentra éste, el celebérrimo Chez Leon, que ni es el más bonito, ni el que mejor se come, ni… Pero es el más típico, el que más ambiente tiene y el que ostenta la tipicidad de su superespecialidad en mejillones.

Local popular, manteles de cuadros, toque rústico, más a modo de taberna que de restaurante. Muy bullicioso, mesas juntas, pantallas de televisión, alegría…

De la cocina solo voy a hablar de los mejillones, porque aquí se viene a comer mejillones. Mucha calidad y cocinados de todas las maneras imaginables: crudos, al vapor, gratinados, fritos, rebozados… y con todos los condimentos posibles.
Los rebozados estaban soberbios, realmente curiosos, con una salsa especiada como de yogurt y mostaza.

Servicio rápido, eficaz y, aunque considerado, sin muchos miramientos. Tienen que atender la avalancha de demandas que reciben sin descanso, pues está siempre lleno.

Carta de vinos… ni la miré, nos tomamos unas buenas cervezas belgas que acompañaban de maravilla a los mejillones.

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