Un bistrot especial, familiar, íntimo, como de barrio, en la “castiza” (así la calificó una amiga belga) y un tanto marginal zona de Les Marolles. La concurrencia es bohemia, diferente, tiene resabor.
Mesitas pequeñas dispuestas con gusto, iluminación tenue, decoración decadente, con una curiosa, para nada estridente, combinación de elementos.
Cada mesa está adornada con una endivia, colocada en el centro verticalmente, a modo de flor (Les 3 Chicons se traduce al castellano como Las 3 Endivias)

Cocina de bistrot al uso, con especialidades belgas y omnipresencia de las endivias.

-----Los entrantes fueron más bien discretos:
•Un plato variado de quesos con endivias y jarabe de aceto.
•Arroz al curry con pollo y setas.

-----El principal, ya fue otra cosa:
•Riñones de ternera a las mostazas de Maitre, con endivias braseadas. Soberbio el guiso, denso y concentrado, y excelso el acompañamiento de las endivias braseadas, que presentan una textura y sabor similar a una buena cebolla confitada muy lentamente (a mi gusto la superaban).

-----Postres:
•Bavaroise, correcta
•Helado de Speculos, acertado y apropiado.

Carta de vinos cortísima, no creo que superara las 10 referencias, que sin embargo nos deparó la sorpresa de un pinot gris alsaciano delicioso y económico, aunque servido sin mimo.

Buen servicio, familiar.