Pequeño y coqueto

Por fin y tras meses de oir hablar del restaurante, nos decidimos este mediodia a probarlo.
Se trata de un pequeño restaurante de apenas unos 25/30 cubiertos. Decoracion impecable con tonos blancos y grises y paredes de piedra.
Servicio esmerado aunque tirando hacia la familiaridad(al final nunca se si esa cercania del servicio es positiva o negativa).
Carta correcta con una propuesta de menu-picoteo, una docena de entrantes, media docena de pescados, algo mas de carnes y una decena de postres.
Las propuestas son de platos clasicos(gazpacho, pierna de cordero, arroz caldoso...) pero introduciendo siempre en todos ellos un toque de modernidad. Por ejemplo probamos el gazpacho con quenelle de helado de yogur, bacalao con pequeños calçots y salsa de almendra, tartar de ternera con daditos de papa frita muy original y un postre de citricos que jugaba con el dulce y acido(mandarina, naranja, limon y pomelos).
Carta de Vinos con referencias locales y centrada mas en Rioja-tintos. Multiplicador de precios del vino correcto.
Para recomendar, quedar bien y volver.