Visitamos el local de casualidad, paseando por Albarracín nos llamó la atención la pequeña puerta en un callejón. Llevábamos ya un par de días por allí "alimentándonos" en los restaurantes del pueblo, todos restaurantes turísticos sin historia y fue un alivio y una sorpresa entrar en este bonito local de impresionantes vistas y cuidada cocina, con un servicio correcto y profesional. Tomamos el menú degustación corto por unos 30 euros, cambiamos algunos platos para probar más, a destacar los boletus con huevo y royal de foie, la presa, de cocción perfecta y una tartita de queso curado con aroma de azahar,junto con un Borsao selección -no me extrañan los 90 puntos Parker-. Para volver y para recomendar cuando visitéis Albarracín.

Visitamos el restaurante el puente del Pilar. Había mucha gente y el servicio fue un poco lento, pero se les disculpa por lo bien que comimos. Tenían una oferta de setas frescas y tomamos todas, el carpacio de boletus con calabaza,genial, y una torrija de postre que aún estoy recordando. El sitio precioso y el pueblo, espectacular. Volveremos. Pronto.

Hemos ido al menos 4 veces a comer con otra pareja y el sitio nos encanta.
Solemos tomar el menu degustación que lo van variando, el servicio es atento y discreto, la cuberteria corecta y la cambian en cada plato, las copas, sin ser premium, son correctas, el precio tal vez un pelil alto pero las vistas de ese ventanal y de esa terraza tomandonos un cafe con sus petits fours y de despedida un gin o un whisky...... me (nos) hacen pensar que volveremos.

Por cierto es de los mismos dueños que el Restaurante-Hotel El Batan, en Tramacastilla; otro pueblo de la Serrania de Albarracín (Montes Universales) donde tambien se come muy bien.

Visitamos Albarracín en semana santa, siempre que podemos nos escapamos por la zona, nos encanta. Nos recomendaron este restaurante de la parte alta del pueblo. La experiencia fue genial, tanto el servicio como la cocina nos sorprendieron gratamente. El local es muy agradable, nos dieron una mesa junto a un gran ventanal con unas vistas espectaculares. Volveremos.

Después de mucho buscar y leer criticas de restaurantes en Albarracin, elegimos este por pensar que seria el más idoneo para celebrar nuestro aniversario, que error más grande, la decepción fue el resultado de una cena que para el precio que nos cobraron, bien se merecia algo mejor. Pedimos un menu-degustacio, 41€ el menu, todo frio, y preparado desde no se sabe cuando, una decepción total. El servicio, bien.
Menu:
Para empezar nos pusieron unas papas blandas, pan de cereales duro,
Y el menu: los platos tenian mucho nombre, pero en realidad era: (traducido)
Crema de ... ( fria ),
Montadito de anchoa (de lata) con ....
Queso de rulo a la plancha, con una rodajita de calabacín y tomate.
Bacalao con puré de patata y un trocito de esparrago verde.
Y Presa de cerdo, a mi parecer echo el dia anterior, con una guarnicion de risotto de boletus, que más bien parecía un arroz con leche y un trocito de patata caramelizada. No olvidemos que era una degustación.
Y dos postres para terninar.
No me quejo del precio, pues ya sabia donde me metia, lo que no me imaginaba era la decepcionante cena.
Precio total de la cena 104€, con vino, que por lo menos acertamos con eso.

En la sala donde cenamos eramos 4 personas

Realmente me dejar llevar por las opiniones positivas, y con un poco de decepción reconozco que las opiniones negativas son en su gran parte ciertas, la comida según que plato falta fuerza, es un poco insuficiente para el tipo de comida que intentan presentar, yo creo recomendable que en vez de enfocarse en platos de nouvelle cousine se deberían enfocar en platos nouvelle cousine de la tierra asi darian un toque diferente. No me ha impresionado en lo absoluto por los 50 euros que vale el comensal. Debería mejorar, la carta de vino está muy elevada de precio,más sin embargo la presentación es buena y el ambiente es agradable, pero por este precio en albarracin y alrededor puedes comer muy bien por este precio.

Siento discrepar de comentarios anteriores. A mi no sólo no me defraudó sino que me gustó muchísimo. Pasábamos 3 días en Albarracín y, a pesar de que en su día leí las críticas, no lo recordaba. Callejeando por Albarracín, dimos con el restaurante, y aprovechando nuestro aniversario, reservamos para el dia 4 de abril por la noche. El sitio está restaurado con gusto. Las mesas son amplias, bien vestidas. Nos decantamos por el menú degustación a 38 € (IVA incluido). Al comenzar te ofrecen como detalle a elegir diferentes panes y entre 3 aceites oliva virgen diferentes: un DAURO (de Roda), equilibrado, un picual de Jaen (intenso)y otro de la zona (más suave), y 4 sales diferentes servidas en pequeños cuencos (de vino, Flor de sal marina, Maldon y Maldon ahumada). El menú consistía en:
- Aperitivo detalle: Pastel de verduras con crema de piquillos, buenísimo.
- Tostada de foie (fresco), lecho de queso de Albarracín y carpaccio de melón, excelente combinacion, con un sabor extraordinario.
- Rissotto de arroz bomba con pichón, boletus y trompetas de la muerte (aun me estoy acordando del arroz)
- Timbal de bacalao de anzuelo, yema trufada y tomate caramelizado. La presentación de este plato es espectacular, ya que el timbal sale enmoldado y tapado con un cubreplatos de acero (no se tecnicamente como se llama). Te lo descubren en el momento, y el maitre te lo desmolda en el momento, para que lo mezcles y lo saboreeen conjuntamente. Estaba exquisito (un pelín soso el bacalao, quiza debido a que era fresco y no desalado, pero aun asi buenisimo).
- Un cuarto de paletilla de ternasco asado con ciruelas y frutos secos. Carne sabrosisima y tierna.
- Como prepostre: Aire de melocotón de Calanda con sorbete de arándanos, muy refrescante y con mucho sabor el melocotón
- Postre: Tarta de chocolate con espuma de Pedro Ximénez y risotto dulde de leche de coco. Estaba de vicio y eso que yo no soy excesivamente chocolatero, pero para nada empalagoso, a pesar de acompañarlo con un poco de chocolate líquido.
Bebimos un Borsao 3 Picos 2005 (como me gusta esta garnacha!!!) a un precio muy correcto (19 €), agua y café (con detalle de petit fours) Señalar que dispone de carta de aguas, y tambien algunos cafés de origen (kenya, Etiopia, Jamaica), y pequeña carta de Té. Cambio de cubiertos en cada plato (cuberteria de calidad), y copas correctas aunque no de las marcas top(diferentes formas en funcion del vino).
En fin una velada muy agradable y un trato tambien a la altura. Para volver sin duda.

He de reconocer, que iba un poco asustado con los comentarios aquí leidos, pero la verdad es que a mí no me defraudó.
De entrantes un Martini seco blanco buenísimo, y "tonterías" varias, cata de aceite con distintas sales, distintos panes a elegir y una tosta de aceituna negra con algo de legucha multicolor.
De entrantes, para compartir: Tostada de foie micuit con queso de albarracín y compota de manzana, ensalada templada de vieiras. De plato principal: Timbal de Bacalao, Lubina Salvaje, con acompañamientos muy correctos y sin disfrazar sabores. De postres: Flan de vainilla con piña a la plancha y helado, Torrijas multigrado, compota de manzana, sirope de arce y helado de reineta, Píña Natural y una especie de Brownie al Pedro Ximenez espectacular.
De vino tomamos un Enate Gewustraminer (20 €) y agua. Cafes acompañados con "girlachitos" y galletitas de chocolate para mojar, no muy dulces, como caseras.

La rehabilitación de la casa en restaurante está muy bien hecha. Cenamos en una terraza con pocas mesas con unas vistas realmente bonitas.
En cuanto a la cena; optamos por el menú degustación que sinceramente no nos dijo mucho. Un foie industrial, un atún pasable, solomillo con un acompañamiento (patatas) que no decía gran cosa, aunque la carne estaba buena y unas setas con queso de cabra. Muy bonito todo redactado en la carta, pero regular en los platos.Nos dio la impresión que viven del turismo y no suele haber clientela de habituales; aunque igual sólo es una impresión. Las vistas, eso sí, magníficas como ya he dicho.
Creo que también son propietarios de otro restaurante (al que también fuimos) que está en la parte baja del pueblo, y también con el mismo resultado.
Servicio lento; agradables pero lento.

Tenia ganas de ir a este nuevo restaurante de Albarracín, pero quedé bastante decepcionado. Pero seamos positivos. Cosas buenas el entorno, aunque para mi gusto la decoración de interior es mas de lo mismo de lo que hay en los restaurantes actuales de las grandes ciudades. Buen servicio de vino.
Lo negativo, la comida, queriendo ser creativa, pero con sabores prefabricados. Y el servicio, lentisimo, descoordinado (mientras se enfriaba mi plato el de mi compañera tardó 15 minutos en salir) y un tanto arisco. No pedimos el menú degustación y salimos a 60 por cabeza.