Imabatible RCP y excelente calidad de las materias primas

Decoración de estilo clásico funcional, las mesas, tal vez, demasiado juntas.

La carta es bastante amplia, todas las elaboraciones caracterizadas por estar realizadas con una estupenda materia prima, honesta y directa (sin florituras y lo menos manipulada posible). Empezando por el pan, de trigo, corteza dura, miga ahuecada pero consistente y de sabor auténtico, las ensaladas sencillas, lechuga (de sabor intenso), tomate y cebolla (sabrosa sin llegar a picar), el pulpo “a feira”, en su punto, las patatas fritas,de verdad, caseras, tortilla de patatas espectacular (por encargo) y las carnes a la brasa excepcionales (en ocasiones sirven las chuletas con su porción correspondiente de solomillo). En el capítulo de los postres conviven algunas elaboraciones industriales, con otras caseras, todos los postres a dos euros. La vajilla y cubertería sencillas, funcionales, nada destacables. El servicio es atento y dispuesto.

No existe carta de vinos y las referencias ofrecidas son de corte clásico (riojas, riberas y de la zona). La cristalería es de buena geometría, pero gruesa y mala. El vino se sirve sin ningún tipo de formalismo.

Altamente recomendable por la calidad de las materias primas de sus elaboraciones y su casi imbatible RCP. Evidentemente en este establecimiento no se viene a disfrutar del vino.

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