Buen sitio de marisco en menú

Local lleno a reventar, pues tuve que comer a las 13.30 para liberar la mesa para el segundo turno. Sitio agradable em el primer piso pues en la planta baja es muy ruidoso por la barra que también está llena a reventar. Carta con bastantes opciones aparte de los menús que destacan.

Tienen dos menús uno de arroz con bogavante entre seco y meloso, que vi pasar con buena pinta y mucho bicho dentro (desconozco sabor) pero la textura aparente era buena.
El segundo menú consiste en mariscada para dos ya desrita en otros comentarios: 2 bogavantes y gambón grande plancha bien hechos y jugosos, el resto hervidos: 2 nécoras tamaño normal, una centolla bien preparada aunque un poco secas las patas. Previo un pastel de marisco muy aceptable con pan tostado. Incluye el postre arroz con leche bueno si más y pastel de manzana con un poco de exceso de crema. también media botella por ración de vino a elegir: blanco rueda, rosado navarra y tinto rioja dicho a pelo. No pude ver la carta. Elegimos un Rueda: Copaboca cumplidor (ver cata).
Como eramos tres reforzamos con entradas de chipirones afogados muy normalitos y un extraordinario frito de pixin (rape) muy sabroso con poco reboze y fritura la justa: extraordinario.
También dos de agua, una de pan y otro arroz con leche de postre como extras fuera de menú.

El local lleno de gente del lugar tomando casi todos un menú u otro. Buena mantelería, copas y cubiertos aceptables, básico habitual servicio de vino y ocasional relleno, cambio de platos correcto; mesas bastantes juntas pero la irregularidad del piso alto permite colocar las mesas sin estar en paralelo. Rápido servicio pues el menú lo permite y la necesidad de mover mesas lo pide. Camareros curtidos y por si algo falla, Pilar al quite.
Recomendable