RCP muy buena

Situado en la carretera a las afueras de la población, cerca de una gasolinera. Chalet independiente de decoración ecléctica, con las mesas algo juntas. Dispone de dos comedores, separados físicamente que distribuye entre fumadores y no fumadores.

La carta es amplia y propone numerosas elaboraciones para picar y compartir, al uso y costumbre de la zona. La vajilla y cubertería sencillas, funcionales, nada destacables. El servicio es atento, informal, pero dispuesto, con buenos tiempos de servicio, y oportunos cambios de platos. A diario ofrece un menú por 9.75 euros, que según me han comentado está muy bien.

La carta de vinos, organizada por DO’s, con algunas referencias interesantes y precios aceptables. Los vinos se conservan en armarios climatizadores. La cristalería es más que aceptable. El vino se sirve a temperatura adecuada, pero sin más formalismo, que la presentación y la prueba.

Nuestra experiencia para cenar fue compartir varios platos: ensaladilla de bocas de mar, queso fresco con tomate, timbal de setas con foie, Carpaccio de pulpo y salmorejo, virutas de foie con sal maldon, albondigas de aladroc, queso de cabra con emulsión de tomates secos, pan con tomate y all i oli. Para beber, dos botellas de agua mineral grandes, una jarra de cerveza, un Basa 2007, cuatro Juan Gil Monastrell Monastrell 2007. Cafés sin postres y diversos vinos dulces y licores por gentileza de la casa, todo ello por 168.80 euros para nueve comensales.

Recomendable por sus buenas materias primas y gran RCP.

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