Disfrutamos de este casual descubrimiento. Restaurante con platillos elaborados, sabrosos y con buenos materiales. Buen ambiente y trato amable.
Carta correcta no demasiado larga, tomamos un Dido.
Mejor para cenar que para comer ya que no son platos excesivamente abundantes.
Precio ajustado.

Mucho lamentamos el cierre de este restaurante, una de las más sugerentes apuestas de la restauración tarraconense en mucho tiempo. Afortunadamente volvió a abrir sus puertas hace pocos meses con cambio de dirección y orientación. La decoración ha variado un poco, y, al igual que la oferta gastronómica, es más clásica que en la primera época. El grupo que ha tomado la responsabilidad del local creo procede del tristemente extinto "Fortí de la Reina" y se nota, pues se les nota enseguida la profesionalidad. Carta basada en unos entrantes ricos: calamares andaluza, virutas de foie, croquetas de bacalao y foie, jamón estupendo, pulpo a la gallega muy delicado,...platos perfectos para compartir. Tiene también una buena oferta de platos de cuchara que esta vez no probamos. Buen pan con tomate, postres en corto número pero bien apañados (coulant bien logrado). Menaje de buen nivel, con muy correcto servicio del vino, copas Spiegelau. Carta de vinos un poco corta, con referencias interesantes, predominio de vinos de la zona, algún Rioja y algún Ribera; lástima que los precios sean muy elevados, demasiado, tanto los tintos como los rosados y blancos. Si los moderaran seguro se consumiría más. Personal muy agradable y profesional, lo que se agradece de verdad. Estos días se está celebrando el "Tapas-Tarragona" y bandean de maravilla el aumento de clientela. Muy buena RCP.