Nueva jornada de miércoles gastronómicos, en esta ocasión tres comensales nos acercamos a este restaurante, previa reserva, para dar cuenta del menú degustación, que ha consistido de:
Foie a la plancha con huevo frito ecológico de Anero y rostí de patata crujiente. Ha gustado, entre otros motivos, porque con huevo, frito, patata y foie, difícil suele ser, que salvo se tenga problemas con algún de los componentes, que el plato esta malo.
Tarta fina de hojaldre al horno con boletus, queso fundido Divirin (medalla de plata world cheese) y cebolla confitada de cebolla. El queso por encima y el hojaldre con poco cuerpo, pero en conjunto bien.
Raviolis de pasta fresca rellenos de boletus y chantarelas con jamón ibérico y crema de queso de oveja de Fariza: la presentación del ravioli floja, el resto bien.
Rape en taquitos al wok con patatita crujiente, un pochado de cebolla roja de Bedoya, con pimento verde y un toque fino de jerez del maestro Sierra. La textura de la “carne del pescado” algo pasada de punto, comiendo todo el conjunto con una cuchara (que pedimos a propósito) mejoraba de forma clara.
Solomillo en taquitos al wok con aros de cebolla crujientes y salsita para untar. Para mí el mejor plato, aunque los aros, crujientes, crujientes, poco.
Degustación de tres postres, presentados a la vez:
Canutillos crujientes al horno rellenos de crema pastelera con mandarina. Buenos, quizás el mejor de los tres.
Cheesecake versión New York, mítica tarta de queso y que además lleva chocolate blanco. Logrado con buena combinación
Fondant de chocolate con frambuesa de Joel Robuchon, tarta- mouse fría de chocolate negro rellenada de frambuesas y se sirve con una salsa de chocolate caliente negro. No estaba según lo esperado.
El menú descrito tiene un precio de 40 euros más el IVA.
De beber hemos tomado (hoy no era día de aventura ni de cantidades, con los vinos), Pruno 2010, con copas Shott.
Cerró la comida tras unos cafés, unos GT en la terraza al aire libre, donde mis dos compañeros, han dado rienda suelta al fumar.
Comentarios:
Hacia tiempo que no acudíamos a este restaurante, siempre es un regalo para los sentidos su acceso. Recepción perfecta tomado un vino y dos cervezas previamente en la biblioteca.
Acomodados en una mesa circular, amplia con vistas al bonito jardín. Silla cómodas, pero no me acabo de acostumbra a comer sin mantel. Copas del agua discretas, cubertería de muy buen nivel.
En cuanto al vino, me pareció retroceder un tiempo, a aquellos que se preguntaba ¿que tomaran los señores, blanco o tinto? No se enseñó la carta de vinos como iniciativa propia y tampoco la solicitamos. Dialogando pedimos el vino, tras solicitar un vino mas bien sencillo de beber y salió este nombre de boca de la responsable de la sala.
Buen ritmo de platos, pero al solicitar en el segundo plato(se dejo en la mesa sin “cantar”), que o nos los recitaba o nos dejaba una nota con los nombres y componentes, la solución que nos dio la responsable de la sala fue, el dejarnos una carta a mano y ciertamente nos solucionó el problema.
A mitad de los postres, se nos ha preguntado si tomaríamos café , a pesar de no ser muy tarde y estar el comedor con bastantes comensales. Sin embargo se tomaron los GT en la terraza sin ningún problema. Hay cosas que yo al menos no entiendo.
En conjunto, un buen entorno interior y excelente exterior, con una cocina con buena voluntad y que consigue algún plato con nivel, el servicio del vino como en ocasiones anteriores, precisa mejorar y algún detallito del servicio de sala también a mejorar.
Si no se conoce el lugar puede merecer una visita.
El precio es solo el menu sin vino y sin IVA
Tampoco era poco hecho, dificil de escribir la sensacion, con poco carácter quizás mejor.
El lugar es muy bonito, en pleno Sardinero, mira las fotos en su Web
En Santander tienen los mismos responsables(hermanos Zamora)Dias de Sur y el Machi, pero este es el primero, si no estoy equivocado y es el buque insignia.
Ahora sí que sí. No me pierdo yo una cena en esa terraza una preciosa noche de julio o agosto.
Gracias por la información.
El que no te ofrezcan la carta, para mi ya es algo grave en un local de este nivel y no te digo nada en cuanto a la frase que he mencionado, el servicio en sí, descorchar y probar, ni enseñar el corcho, ni otros detalles. Por cierto, no he señalado la buena temperatura del vino, hay que decirlo todo.
A todo esto te comento, que a la llegada con la recepcion perfecta, paso a la biblioteca, me ofrecen algo de tomar, solicito un verdejo, cierto es que no dije nombre y me traen un verdejo ya servido en copa.
Quizas por todo, mi sensacion es que este local se merece mejorar en el servicio del vino.
Perfectamente aclarado.
Saludos.
El sitio es espectacular, la verdad es que he tenico algunas comidas y cenas de verano y me gusta.
En el aspecto culinario he tenido altibajos, ya que muchas veces la comida la traen en raciones precocinadas y se termina/calienta al momento para el cliente. Por ejemplo el hojaldre esta muy bueno, pero estaria mucho mejor hecho al momento, ya que yo lo he comido algo humedo.
Aun asi, creo que como dice Gabriel, el sitio merece una visita y una buena sobremesa.
Estupendo homenaje Gabriel! Lástima que fallara ese hojaldre...
La verdad es que el sitio es muy bonito. Ya veo que muy enfocado también a celebraciones.
Yo también me lo apunto! Que al final va a resultar que Cantabria es tan infinita que vamos a tener que volver y volver ;-))))
Teneis que hacer, como se describe el veraneo en Cantabria de principios de Siglo, se mandaban los baules por el ferrocarril y estaban aqui tres meses.(todo el verano: veraneo)
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