Dando una vuelta por Xàtiva decidimos ir a probar el arroz al horno de este sitio que habíamos leído que había obtenido el 1º premio en algún concurso. Chafón: el arroz muy flojito y el resto de platos normales. No es para repetir y menos para ir a propósito a probarlo existiendo otras opciones mejores en Xàtiva.
Vinimos a este restaurante a la búsqueda de un buen "arroz al horno", pues habíamos leído que la cuna de este plato era la ciudad de Xàtiva, y este restaurante tenía buenas opiniones en la red.
Posiblemente antes de la crisis este restaurante era a la carta pero, como muchos otros, han tenido que adaptarse al cambio de tiempos y se han transformado en un restaurante de menú.
El menú constaba de primer plato + segundo plato + postre (a elegir entre 4 o 5 opciones cada uno) + bebida + café. 15€ todo.
De primero pedimos arroz al horno. Pasable, pero nada especial. También tenían arroz con costra, arròs negre i fideuà de Gandia.
De segundo pedimos redondo de jabalí y variación de lomo. Bastante buenos los dos, aunque, de nuevo, nada especial.
El postre, en su tónica habitual, bueno, pero sin sorprender. Pedimos crêpe de chocolate y tarta de queso.
En cuanto a vinos, ni pedimos ni nos trajeron carta de vinos. De hecho, en toda la sala todas las mesas estaban comiendo con cerveza o con agua y refrescos. Seguramente sí tendrán vinos, pero, al tratarse de un servicio de menú, no los ofrecerán si no se les piden.
El local es amplio y muy limpio. La decoración es sencilla, estilo rústico, correcta para el local. El trato del personal es muy bueno, de lo más destacable de nuestra visita.
En resumen, un buen lugar para ir a comer si estás en Xàtiva, pero al que no recomendaría desplazarse a propósito. Buena relación calidad/precio.
Acompañados por un amigo de la ciudad (gracias, David) acudimos a este restaurante (en la tarjeta figura la leyenda "1er premi al concurs internacional d'arrós al forn de la Vall d'Albaida", esperando encontrar lo que nos comimos: un muy buen arroz al horno.
El local es agradable, aunque no destaque por nada en particular. La atención es en todo momento correcta. Tomamos como entrantes croquetas de bacalao, calamares a la romana y unas curiosas gamas al ajillo. De segundo, como no, un arroz al horno muy, muy bueno, nada aceitoso, y con bastante acompañamiento en la cazuela, puesta al medio de la mesa.
Tal vez lo más flojo del local sea la carta de vinos, con apenas un par de referencias por denominación, pero se encuentran cosas interesantes, y de este modo pedimos un Enrique Mendoza Shiraz.
De postre acabamos con un goloso crepe de chocolate. En la carta de arroces disponen también de muchos otros tipos. Opción recomendable si se acude a Xàtiva.