Correcto pero discreto
La Taula de Lliria se encuentra en un local amplio, cómodo, de decoración sencilla. El resultado es que queda algo frio el ambiente. Carta basada en entrantes frios, calientes, pescados, carnes y arroces. También ofrece distintas opciones de menús. Optamos por el menú picaditas (32€), el cual está compuesto por cinco entradas y un postre. Comenzamos con una terrina de conejo con foie, aceitunas negras y salsa de pimiento verde; correcta presentación, y buena calidad de los productos, el mejor plato del menú, por la combinación de sabores y texturas. En segundo lugar morteruelo; fino, suave, correcto. Seguimos con un salteado de setas y bacalao; bien la combinación, pero falto de la cremosidad que debe tener un revuelto. Posteriormente, crujiente de espárragos, panceta y queso de cabra, combinación y ejecución clásica, correcto. Terminamos los entrantes con una morcilla gratinada con muselina de ajo y crema de pimiento rojo que no pasará a la historia. Todo ello acompañado con una generosa cesta de pan tostado de nueces y pasas (2,5€ p/comensal). De postre, flan de huevo con vainilla de tahití y tarta de chocolate sobre crema de plátano, muy bueno.
La carta de vinos siendo sencilla me agradó. Recorrido por distintas DO´s, haciendo acto de presencia, pero sin más. Optamos por un Dominio de Atauta (36€) que fue jarreado y servido en copas Shott, mejorables. Vasos para agua "cero" de Riedel. Café (2€) mejorable. Servicio muy atento.