Platos clásicos

Taberna clásica madrileña, a la que he acudido por indicación de mis acompañantes y que tengo de confesar que si no hubiese leído algún comentario previo, o por indicación expresa como en esta ocasión, nunca al pasar por su exterior hubiese optado por solicitar mesa en la misma.

Escasas mesas, juntas con una decoración clásica y hasta cierto punto escasa y para no ser menos, mantelería de cuadros blancos y rojos, de los más clásicos que uno pueda suponer. Copas con aprobado

El servicio muy profesional, atento, con ganas de agradar sin resultar agobiante en absoluto.

Carta en la cual se aprecia que se trabaja buenos productos y platos clásicos, a los que en un algún caso se añade un párrafo señalando que se trata de una especialidad de la casa, como es el caso de los callos o de algún tipo de preparación de bacalao.

Tras un aperitivo de la casa de de calabaza con morcilla

Cuatro personas optamos primero para compartir unos bocartes al pil-pil (9,50 €) que salieron a la mesa en una cazuela de barro, con el aceite hirviendo aun: nos gustaron. También compartimos sus famosos callos (26 €), con un nivel muy alto, aunque tampoco consiguieron entusiasmarnos.

Como platos principales steak tartar (23 €), tartar de atún rojo (23 €), carpaccio de pulpo con patatas revolcónas (14 €) y un plato de bacalao con parte al pil-pil y otra parte tiempo al ajoarriero (24 €) Los cuatro platos resultaron de muy buen nivel, sin desentonar ninguno, pudiendo calificar los mismos como de notable alto sobresaliente.

De postre, dos requesón con pasas y se compartió una ración de queso de cabra con confitura de manzana.

Carta de vinos con predominio de riojas y riberas y de alguna denominación de origen del resto de nuestro país, optamos por Regajal 2006 a 24 €. Precios ligeramente subidos con un servicio del vino justo.

En conjunto, sorpresa agradable, platos clásicos muy bien logrados, buena materia prima, servicio del vino justito y entorno clásico y con cierto punto de incomodidad.

Me dio la sensación de que si no se reserva, no se come y que hacen 2 turnos.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    catachan

    Hola Grabiel, para mi los callos de esta gente son de los mejores de Madrid, no digo los mejores, porque pienso comerlos durante 400 años mas sean de donde sean, el sitio mas que nada es peculiar verdad??

  2. #2

    Gabriel Argumosa

    Desde luego que es peculiar. Alli manda la cocina clásica, si fuese por el local, pocos repetiran.

  3. #3

    Dominique

    Se trata de una taberna centenaria. La pregunta es siempre la misma: modernizar, actualizar, RENOVARSE o conservar el sabor antiguo, con la incomodidad que conlleva. En este caso han optado por lo segundo para el entorno y adaptando un poco la carta clásica con toques nuevos, como los tartars. Los callos me han gustado muchísimo. Y el queso de cabra, pasado por la plancha, con su costrita dorada, teniendo una parte aún seca pero la otra en su punto exacto de fundirse sin derramarse, y acompañado de mermelada de tomate. Los gin-tonics de Citadelle/Fiver Tree, o sea, que por muy local de poco glamour que sea, había mejor oferta que en cierto restaurante de (supuesta) más “categoría” como acabo de apuntar en un comentario anterior….(véase Dassa Basssa)

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