Todas mis alegrías y parabienes con este restaurante se tornaron hoy en decepción.

El vino sigue estando muy bien tratado, tienen 21 botellas para pedir por copas, algo inédito e inaudito por aquí. Un 10. Y el tapeo, muy agradable. Pedí una copa de Barranco Oscuro Blancas Nobles, y me sirvieron un vino absolutamente imbebible, sabe dios cuántas semanas llevaba abierta la botella, me quejé, y me la cambiaron, y qué maravilla de vino, cómo se va abriendo conforme gana un poquito de temperatura en la copa, es un vino único y raro como él solo.

Pero cosa distinta en la comida, normalmente pedimos un foie para compartir en la barra, con uvas caramelizadas, una delicia.

Y siempre nos quedábamos con las ganas de comer en mesas (hay muy pocas mesas), así que hoy fue el día. Así que nos decidimos, mi mujer por un pato al oporto con cebollitas glaseadas, y yo por una perdiz escabechada.

El pato estaba algo correoso, pero lo peor es que las cebollitas glaseadas no eran más que cebollitas en vinagre horrendas que no se ajustaban a la descripción del plato. Mi mujer se quejó, porque detesta esas cebollitas avinagradas, y le devolvieron el plato a los dos o tres minutos pero sin salsa apenas.

Por mi parte, la perdiz, media perdiz, había perdido toda su fragancia de escabeche ahogada en una salsa con la textura y el sabor que tienen las salsas de sobre, es decir, textura viscosa artificial, la saladez característica de este tipo de salsas liofilizadas y el inconfundible sabor del glutamato monosódico. Se habían cargado la perdiz, qué lástima, Y de acompañamiento patatas fritas aceitosas y champiñones de lata. Qué horror, de verdad.

En fin, que volveremos, pero a beber copitas de vino y tapear, no se nos ocurrirá volver a comer allí.

Muy distinto del bar de tapas al uso, por muchos motivos. Lo primero, lo que más me llama la atención, es que tiene abiertos varios vinos por copas, a precios entre 2 y 3,5 euros.
Tiene vinos de la tierra, como el Fonte Dei, Calvente (Guindalera), Señorío de Nevada y Muñana (espectacular este último, con Monastrell y Syrah!!!), servidos a temperatura justa, en buenas copas, y con una tapa incluida en el precio. En blancos, tenía Protos Verdejo (me pareció ver), y también Barranco Oscuro Blancas Nobles, una curiosa joya de la vijiriega alpujarrense, un vino único. Y además Protos, Marqués del Puerto y un tal Calar Viejo (creo que es de La Mancha).

Una buena idea sería quizás que incluyera una pizarra con la lista de vinos que sirven por copas, yo los pedía porque los conocía, pero si uno llega de fuera, posiblemente no se entera.

Las tapas sí están apuntadas en una pizarra, son gratis con cada consumición; montaditos (lomo, pollo, jamón, roquefort), tapa del día (anoche había flamenquines), tostas de pisto con huevo de codorniz, o de aguacate con palometa (una maravilla!!), brochetas de codorniz, una buena variedad, y además te permiten elegir.

Tiene grifo de Cruzcampo, Guinness, Murphy's Red, y esa maravilla cervecera que es la Alhambra especial de etiqueta blanca.

También tiene restaurante, con un menú no excesivametne largo, pero sí muy buena comida y variedad, con platos de 8 a 15 euros, muy bien servidos. Por ejemplo, con un entrante de foie de pato con manzana caramelizada y jugo de uva y dos copas de vino, comen dos personas razonablemente (unos 18 euros en total).

Preciosa la decoración, no huele apenas a humo, los servicios impecables. Merece la pena visitarlo varias veces, no hay lugar igual por toda esta zona.