Tradición

Uno de los clásicos para tapear en el barrio del Arenal sevillano. Lo han remozado desde la última vez que lo visité, hace 3 años,... pero sigue estando abarrotado a la hora del tapeo.
Dispone de dos salas: una solamente con barra, y otra con algunas mesas para sentarse. Decoración... no sé como definirla. Sólo puedo decir que es lo que uno se imagina cuando piensa en un bar de tapas con tanta solera como éste. Tiene unas enormes tinajas de barro en la sala donde están las mesas que me encantan. Encontrar mesa libre es una auténtica lotería.
Servicio de mesa... pues, la verdad, sólo aparece el camarero cuando ve que estás acabando, para dejar la mesa lista para el siguiente. Se pide en la barra y se recoge el pedido en la barra... con dificultad y bastantes apreturas.
Sitio ideal para compartir unas risas con los amigos.

Pedimos:
- 2 montaditos de pringá. Llegaron algo fríos, pero deliciosos.
- 3 tapas de tortilla de papas. Las he probado mucho mejores.
- 1 de menudo con garbanzos. El sabor a hierbaluisa me recordó dónde estaba. Delicioso.
- 1 de atún con tomate. Muy bueno.
- 1 manzanilla, 1 caña y 1 clara con limón de 1/2 litro.

Sevilla en estado puro.

Absolutamente recomendable.