Restaurante situado en un antiguo palacio residencia de Jaume I el conqueridor convertido en hotel de 5 estrellas. El entorno es precioso. El interior del restaurante está decorado de forma moderna pero muy acorde con el estilo de edificio. Fuera han habilitado una zona chill out para tomar cocktails.
Respecto a la comida, debemos destacar platos como el carpaccio de langostinos, la crema de patatas con vieiras, el carré de cordero con manzanas y la lubina al estilo del palacio. Aunque no probamos el resto de platos recuerdo algunos como el magret con fresas caramelizadas, la dorada con salsa de cítricos, el rape con salsa de azafran y langostinos. Además para empezar te traen el típico "tastet" un detalle muy de agradecer. De postre comimos una sublime sopa de sandía con helado de vainilla y menta.
En cuanto a los vinos la carta no es muy extensa pero nos recomendaron muy bien.
La atención y simpatía de los camareros es otro aspecto destacable.
En definitiva un equilibrio entre los diferentes factores a valorar y una RCP muy buena. Se puede cenar por entre 25 y 35 euros por persona con postre y sin vinos. Un restaurante a tener muy en cuenta!