Decepción

Acudimos con expectativas y salimos defraudados. Entrantes flojos: ensalada normal y corriente; frituras más que regulares y pulpo solo decente. El arroz, suelto pero sin ningún sabor. Vino blanco de la zona (no recuerdo el nombre) que recomendó el camarero: ramplón. Servicio muy mejorable con camareros que salen a fumar caca dos por tres y están de charla entre ellos o atendiendo a la televisión. Malas caras cuando pedimos que traigan otra copa, pues estaba sucia. No pedimos postre.

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