No vale nada, mucha apariencia pero sin "fondo"

Local bonito, situado en una plaza pequeña del centro. La localización no está mal, aunque sin ser espectacular, el ambiente callejero es agradable. Tienen un bar en la planta de abajo, y por unas escaleras situadas a la izquierda de la entrada se accede enseguida a la planta superior, en la que está el comedor. La decoración muy bien, está muy conseguida. Aunque las mesas son pequeñas y un tanto incómodas (es el "precio" que hay que pagar por el diseño, la poca funcionalidad de los muebles). Llega la carta, y sorprende con una apariencia moderna y colorista, a juego con la decoración del local. Contiene una buena variedad de tapas y platos. Hasta ahí, todo muy prometedor, la cena se plantea apetitosa...aunque al leer con detenimiento los platos que ofrecen, aparece un cierto punto de desconfianza. Todos son muy vulgares, no hay nada especial. Ningún plato destacable, ninguna tapa con personalidad... Llega la comida, y la hasta ahora buena imagen del local por el bonito "decorado" se viene abajo. En dos palabras: vulgaridad y mediocridad, disfrazadas de una apariencia bonita. Un contínuo "quiero y no puedo" en todos lo que fue llegando a la mesa(y probamos entre todos casi la mitad de la carta, pues nuestra consigna, previamente acordada, era "cada pareja pide diferente"). En cuanto al vino, no entraré en detalles, tan solo decir una palabra: MAL. En resumen, una grave decepción. Cómo engañan las apariencias, quien iba a decir que detrás de tan decorísticamente trabajado entorno, se escondía un "bar de carretera". Apto solo para gente sin paladar, que se deje deslumbrar por lo bonito de una decoración (que hay muchos, pues aunque no estaba lleno, tenían gente...no se si es que no tienen competencia y no hay más remedio que comer allí, pero me extrañó que estuviese concurrido un lugar de estas características). El precio, ni acordarme quiero, pagamos el triple de lo que valía lo que sirvieron. Quien piense que la decoración lo compensa, pues bueno...allá cada uno. Yo lo que valoro es la comida y el vino, y el entorno y el servicio son también importantes pero están para mí en segundo plano. Y por una tercera parte del coste de la cuenta, entro en el primer bar que me salga al paso y me servirán lo mismo y probablemente más abundante y más bueno...no me verán más por allí.

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