Local situado en una céntrica calle de la ciudad, perpéndicular a la calle Alfonso. Por lo que veo en el dorso de la tarjeta existe otra sucursal en Plaza.
Lo primero que llama la atención del local es su puerta, se trata de una enorme puerta corredera de cristal trasparente que se abre automáticamente. Una vez abierta te ves abocado a unas modernas escaleras de color oscuro acordes con la decoración del local, tras un momento de incertidumbre según bajas vas viendo las primeras mesas del local, hasta acabar en el comedor.
La decoración es de corte moderno y atractiva, la pared anexa a las escaleras está forrada de listones de madera, allí se encuentran casi camufladas las puertas de los baños, ya que forman un continuo con la pared. Los baños igualmente de corte moderno. El fondo del comedor es una gran cristalera que permite ver unos nichos metálicos donde descansan las botellas de vino. Donde no llega la cristalera se encuentra la caja y el acceso a la cocina y bodega. Las mesas, vestidas de blanco, están bien separadas, todas son cuadradas excepto la parte más original del local, existen dos mesas redondas pegadas a la pared. Éstas son rodeadas en tres cuartos de su perímetro por un sillón de corte moderno con un respaldo muy alto que no permite ver al comensal si miras desde atrás. En la primera mesa había un grupo, lo que hacía que dos de los comensales descansaran en sillas que cerraban el círculo del sillón. En la otra mesa, al ser menos personas todas se sentaban en el sillón. Un detalle original y supongo, cómodo.
Platos y demás correcto, aunque algunas copas de vino portaban logos que luego pude comprobar correspondían a los de una marca de vino, es decir podrían ser copas promocionales. Las copas de nuestra mesa eran de otro tipo aunque una copa suelta que tomé fue de esas.
La comida para cuatro personas. Sin ningún riesgo, platos sencillos y correctamente ejecutados. Dos entrantes, Tempura de verduras y langostinos con salsa tipo soja y ensalada de tomate, pimiento, cebolla y bonito. Correcto. Segundos, dos rollitos de lenguado, chipirones a la plancha con tomates cherry y solomillo de buey con guarnición de setas, patatas y pimientos. Poco más que añadir, todo correcto, mi carne buena y en su punto. Dos cafes y sin postre.
El vino. La carta es más de lo de siempre por estos lares, Riojas, Riberas y Somontanos, ¿algo de Cariñena? pues puede pero no lo recuerdo ahora, unos pocos blancos y los mismos rosados, ¿cuanto rosado no?, y cuatro espumosos. No había ninguna opción de vino dulce. Al final pedimos una botella de Viñas del Vero Gewürztraminer para entrantes y segundos de mis acompañantes y yo una copa suelta para la carne. El servicio del vino consiste en abrir la botella. Como veis se pueden tomar vinos por copas, el amable camarero me recomendó un vino de Rioja (el de las copas), le hice caso y no caí en indagar si existe más variedad en esta opción. Al final me trajo la copa directamente de la bodega, generosa eso sí. El vino era un Edulis Crianza 2005 de Bodegas Altanza, que la verdad me gustó, precio de la copa 2,50€.
La atención es correcta y amable, además de bastante rápida, bien es cierto que había poquita gente.
Conclusión. Local agradable donde la mayor sorpresa la encontrarás en la decoración.