Gartamente sorprendidos. Recomendable.

Durante un viaje de ocio que realizamos un total de 7 amigos las pasadas navidades, a mitad de camino entre Salamanca y Lisboa, nos detuvimos a comer (el estomago apremiaba) en Belmonte. Tras preguntar a un educado vecino éste nos condujo a Casa do Castelo.

El establecimeinto no es especiamente llamativo (más bien todo lo contrario) pero la comida mereció la pena. Pedimos dos entrantes consistentes en embutidos y quesos portugueses (dos de cada) y un plato fuerte para cada comensal (entre otras cosas recuerdo el fabuloso pulpo a la brasa, el secreto de cerdo y las alubias con sus acompañamientos). En mi cas pedí un bacalao a la parilla con patatas asadas y una especie de migas de perejil y ajo, muy bien presentado en un plato con forma de teja, estaba un poco pasado. Las raciones contundentes. También probé el pulpo (de los mejores que he probado). No bebimos vimo pues estábamos de viaje y había que conducir. También tomamos postre (en mi caso una tarta de dos chocolates muy rica), eran caseros, y café.

El precio muy bueno: 26 €/persona.

Lo cierto que el restaurante está fuera de las rutas principales pero merece la mena desviarse si se quiere disfrutar de una bonita velada, además el servicio encantadores (aunque a veces se les notaba carencias a la hora de servir los platos). En conclusión, muy recomendable (más aún a las personas que les guste el ambiente rural como es mi caso).

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