Correcto y moderno restaurante, bien ubicado.

Restaurante moderno y funcional en Alzira, bien ubicado.

Sala amplia, luminosa, en la que imperan los colores cremas y marrones. Paredes, suelos, mesas manteles… todo en estos tonos.
La separación de las mesas, y la de los comensales, es ajustada.
Calidad media en mobiliario, cubertería, cristalería y vajilla. Los manteles son cruzados para cada dos personas, al uso japonés.

Cocina de mercado, mediterránea, con toques de actualidad.

Tomamos, de entrantes:
• “Cazuela de Brandada con Cheddar y Nachos”, original en su configuración y correcta en su resultado gustativo.
• “Revuelto Boletus, Ajos y Piquillos”, discreto.

… de principal:
• “Carrillada a la Vainilla con Patata y Piña”, una combinación acertada, pues la piña en pequeños trocitos contrastaba deliciosamente con la potente salsa de fondo de carne y con la patata. La carrillada en sí, mejorable en cuanto a textura y sabor.

…y de postre:
• “Tapón de chocolate con cremoso de leche merengada”, muy logrado.

Lo mojamos con un Juan Gil estupendo, que seleccionamos de una carta de vinos en la que predominaban las referencias de la Comunidad Valenciana. Servicio del vino inexistente.

El servicio de sala, lento. El restaurante estaba lleno en un día de entresemana y no daban abasto.

En resumen, un restaurante moderno de tantos de los que se están creando, con moderada inversión, mucha imaginación y buen gusto, que atienden a la demanda de ambientes desenfadados, cocinas funcionales con cierta calidad y puntas de creatividad, y buena RCP, que se convierte en una interesante opción para determinadas ocasiones.

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