Estupendo restaurante en el Kursaal Donostiarra

Teníamos ganas de conocer este restaurante del grupo IXO, al que también pertenecen otros ilustres como Mugaritz o Nerua, y qué mejor ocasión que un cumpleaños para acercarnos hasta este punto ya emblemático de San Sebastián, con una vista privilegiada de la desembocadura del Urumea en el Cantábrico, junto al puente que lleva el mismo nombre que el Palacio de Congresos construido por Rafael Moneo.

Cocina de muchos kilates a tenor de lo probado, galardonada con un merecido Sol Repsol, comandada por el chef Mikel Gallo, pupilo de Berasategi y curtido en los restaurantes ya mencionados del grupo.
Animada terraza a pesar de los 5ºC ambientales (los rayos de sol en Enero escasean por esta zona), el bar-cafetería y el comedor comparten espacio, pero con una inteligente separación que hace la comida bastante tranquila y con cierta privacidad. Decoración moderna y luminosa, servicio jóven y sonriente, mantelería, vajilla y coperío de cierto nivel (Spiegelau, Suuma).

Para comer fuimos con un menú cerrado similar al degustación que figura en su carta (42,5€) y aunque nos cambiaron dos platos sin previo aviso, ambos nos gustaban más que la opción anterior y de hecho resultaron ser los preferidos de la comida.
Como suele suceder en este tipo de menús, los vinos incluídos desmerecían la comida (Rioja y Rueda: Tres Ducados '15 de Campo Viejo y Viña 65 '15 de Yllera), por lo que llevamos una botella de Recaredo Brut de Brut GR '04 que combinó de fábula con todo el menú y por la que no nos cobraron descorche (punto a favor).

Las viandas consistieron en:

- Cóctel de vermut con Campari, naranja y cava, acompañado de olivas: Estupendo y refrescante combinado con amargor y dulzor muy equilibrados. Las olivas pequeñas pero bien ricas.

- Socarrat de arroz con txipirones y su tinta: Cambio respecto a la ensalada de pato original. Ración muy generosa presentada en forma de crêpe, con trocitos pequeños de txipi mezclados con el arroz, meloso y sabrosísimo, con una tinta densa y de intenso sabor. Platazo que por sí sólo justifica la visita.

- Merluza asada, jugo meloso y hebras de berenjena: Punto perfecto de cocción del pescado presentado sin piel, y acertada combinación de sabor con la berenjena asada en tiras. Estupendo.

- Cordero asado y deshuesado con crema de queso: En este caso, cambiaron la guarnición original y pusieron una crema de queso (muy espesa para mi gusto) y una patata en forma de medallón. Notable ración de nuevo con el cordero presentado en terrina y napado con su jugo. Muy rico, pero como suele suceder por estos lares y a este nivel, inferior al pescado.

- Torrija caramelizada con helado de Armagnac: El segundo cambio inesperado fue otro acierto total (el original era un bizcocho de chocolate con mascarpone), pues también somos fans de una buena torrija como era el caso. Esponjosa y exudando leche como mandan los cánones. Personalmente me sobra el caramelizado. El helado de Armagnac fue si cabe una sorpresa mayor, de textura cremosa y un delicioso y sutil sabor licoroso. Excelentes ambos.

- Café Illy y Petit Fours: Muy buen nivel en el remate dulce, con unos mazapanes de pistacho, cacahuetes tostados con polvo de cacao y gominolas de violeta. No soy muy cafetero, pero este café me pareció muy bueno.

Pan de hogaza exquisito con reposición y buen agua (Mondariz).

En resumen, un restaurante de garantías situado en una posición privilegiada de la ciudad, con numerosos atractivos en derredor (playa de la Zurriola, Paseo de Salamanca, Teatro Victoria Eugenia, Hotel Mª Cristina). Muy recomendable si os acercáis alguna vez al Palacio de Congresos, que posee una atractiva agenda de eventos anual (Quincena Musical, Congreso Gastronomika, Festival de Cine, Festival de Jazz, etc...)

  • Petit Fours

    Petit Fours

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    gavelar

    Las vistas-ubicación son uno de sus puntos fuertes, y sus torrijas, ahora que con lo del helado de armagnac...tienes que estar de muerte

  2. #2

    Tantra84

    en respuesta a gavelar
    Ver mensaje de gavelar

    Estaba exquisita, la verdad. Desconozco si como en el Narru la compran a Casa Eceiza o la elaboran ellos. En cualquier caso, muy recomendable, especialmente por ese pedazo de helado de acompañamiento.

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