Otro Bib Gourmand (buena comida a buen precio, según Michelín), situado en el barrio de Oltrano.

Lo regenta una pareja bastante peculiar, él en la sala y ella en la cocina.

Cocina italiana tradicional, puesta al día.

Local en dos niveles, decoración rústica, intenta ser romántica. Varios televisores retransmiten lo que sucede en la cocina.

Tomamos el menú degustación (4 platos, más aperitivos, petit fours, etc, por 45 euros). Bien en general y una fantástica pasta con sepia.

No sabemos si fue porque sólo había tres mesas ocupadas, pero estuvieron muy amables con nosotros (una de las críticas que habíamos leído sobre este restaurante era sobre el mal servicio) y la cocinera bajó dos o tres veces a hablar con nosotros e incluso nos preparó un segundo postre sorpresa.

Salimos razonablemente contentos aunque quizás esperábamos algo más de la cocina.

Como en otros restaurantes más o menos serios en Florencia, no tenían reparos en dejar pasar vendedores ambulantes de rosas.

Tiene buena página web. Se puede reservar vía e-mail.

Justo al otro lado del río, en la zona más tranquila de las hordas de turistas, aparece este restaurante al que vamos a cenar porque está seleccionado como Bib Gourmand por la Michelin (con dos tenedores). El local tiene cierto atractivo pero le falta calidez. Sólo la mitad de la sala está llena siendo un jueves noche (venimos de no encontrar sitio en la más popular trattoria Il Latini, que estaba llena a reventar). Llama la atención un par de televisiones que muestran (mal) el trabajo que hacen en la cocina. Prescindibles. La música de fondo está demasiado presente, como deseosa de llenar la falta de ruido de los comensales. Buena carta de vinos, especialmente en el apartado de Champagnes (el que mejor conozco de lo que veo), con buenos precios. Elegimos un Diebolt-Vallois Tradition (45€), que sale muy bueno. Lo que falla es la cocina. Pretende ser una cocina regional con toques de innovación y moderneces pero no sale muy bien parada. Le falta sabor y autenticidad. En definitiva, que disfrutamos del champán pero no es un sitio para volver y, en mi opinión no merece ser un "Bib Gourmand".