Hola, hemos vuelto a Loliña después de unos meses. En nuestra última visita, de noche y en Semana Santa, fue un absoluto desastre. Nada que ver con la calidad que ha tenido, o tiene esta casa. La semana pasada volvimos a comer y la verdad es que fue una comida estupenda, unos camarones, no muy grandes, pero muy frescos y sabrosos. Nada que ver con los que tomamos en Semana Santa, secos y absolutamente espantosos, que tuvimos que devolver. Después una centolla estupenda y unas cígalas de bastante buena calidad. De segundo su famoso rape en salsa,,excelente la ración y la calidad del rape, la pena de este plato es que los guisantes no sean auténticamente caseros, pero no deslice el plato en absoluto. Una carta de vinos aceptable y un servicio justo en su calidad, pero así es en muchos sitios gallegos regentdados por la familia.

La fama que tiene casa loliña en carril, la tienen de antes por lo que ahora respecta, nada que ver, los precios no estan de acorde ni con el producto ni con el servicio, el local esta bien situado y medianamente decorado, el ambiente el dia que yo estube, no era de lo mejor, en la zona que tienen la barra, estan 2 parejas jugando a las cartas,el camarero desaliñado, camisa media fuera, con la cajetilla de tabaco en el bolsillo de dicha camisa, nada de buen aspecto, el servicio entre pitillo y pitillo imaginese.... la comida como ya lo dije normal, para el escesivo precio que se pago.

Restaurante en Carril. Un clásico de renombre con una barra en la entrada que nos anticipa lo que podemos degustar. Nécoras, buey, centolla, almejas de carril, todo exquisito,pero a unos precios descomunales. La calidad del producto es muy buena, el servicio correcto, incluso Loliña estuvo con nosotros hablando en la mesa, pero eso sí, preparar la cartera. Por lo menos hay que probarlo.

En dos Palabras: Una Decepción.

Sin lugar a dudas uno de los templos gastronómicos de Galicia, uno de los cinco grandes. Sitio delante del mar aunque sin visión de construcción mixta entre una zona de piedra y una parte moderna con decoración tradicional.
la carta de vinos amplia aunque esperaba alguno de la tierra más especial sobretodo en blanco y con algunas faltas y clásica de tintos, servidos pro decir algo correctamente.
En cuant a la comida muy buenos mariscos y entrantes pero a destacar tres platos y por este orden: rape a la loliña, arroz con almejas y almejas a la marinera, se resume con un calificativo: impresionante, sin lugar a dudas el mejor rape de mi vida y puede ser que también el mejor arroz. Por otro lado me decepcionaron las almejas vivas, sobretodo la temperatura de servicio y las natillas de la casa más vista que sabor, muy bueno el arroz con leche. Imprescindible.