En pleno centro del municipio de Galapagar se encuentra este bar restaurante. En la barra se pueden tomar unas cañas bien tiradas con aperitivos de calidad ( fundamentalmente embutidos). El restaurante tiene una amplia carta, en la que destacaría el carpaccio de atún, las mollejas de cordero, las cocotxas de merluza, los chipirones encebollados, los callos a la madrileña, y cualquier tipo de carnes rojas. Los camareros son muy profesionales, el servicio es correcto.
Este restaurante se ha convertido a lo largo de los años en una de la importantes referencias gastronómicas del madrileño municipio de Galapagar; el motivo fundamental, su notoria apuesta por la calidad.
Un trato exquisito, atento, amable y muy profesional; un ambiente agradable y acogedor; y una interesante cocina de base tradicional, donde los aciertos en los puntos de elaboración de los platos se unen a la alta calidad de la materia prima que utilizan; son las claves del éxito de esta casa, que ha sabido ir renovándose con los años sin perder nunca sus raíces.
De entre su oferta gastónómica destacaría sus excelentes embutidos, sus riquísimas croquetas, las tiernas y sabrosas habitas con jamón o sus buenísimas pochas con rape y almejas...
La carta de vinos es algo corta, y sobre todo demasiado tradicional; quizás aplicar también una pequeña renovación a la misma no le vendría mal. Y su servicio es bastante correcto.
Una visita muy recomendable si nos encontramos por la zona.
No quisiera extenderme demasiado, pero si quereis una opinión más detallada podeis verla en http://gastronomodesaparecido.wordpress.com/