Un buen asador.

Hace mucho tiempo que teníamos ganas de visitarlo. Está en una calle donde acudimos a menudo a tomarnos un pote antes de ir a cenar.
Una calle llena de "pijos", quizás nosotros no seamos más que dos más a añadir a la lista. Los tiempos de los "rojos" se han terminado.
El local es ruidoso pero imagino que depende de la clientela, hoy hay dos mesas grandes y además nos toca en un pequeño añadido que tienen junto a la barra. Es sábado y se nota.
Las mesas tienen buen tamaño y están bien vestidas y las copas y cubertería son más que aceptables.
La carta de vinos es amplia, con referencias suficientes en todos los aspectos pero como somos de blancos y nos gusta probar pues a ello vamos.
Nos pedimos una de Airola gewurztraminer como mi memoria para los vinos deja mucho que desear, en cuanto veo la botella recuerdo que ya lo habíamos bebido, concretamente en el Zarate.
Es un vino que te engaña sobremanera, la nariz me encanta, frutal a tope, melocotón. Pero en boca deja mucho que desear.
Pierde todo su encanto incial. Es un quiero y no puedo. Pero bueno, creo que a la tercera ya no "caeré" en sus garras poco afiladas.
Nos cantan platos fuera de carta, muy apetecibles pero llevamos un fin de semana un tanto "duro" y tampoco queremos saciarnos.
Alcachofas con hongos y jamón una generosa ración. Las alcachofas están que se deshacen en boca, muy ricas, como dice mi chica no están recién hechas y seguramente serán de bote. Los hongos muy ricos y la salsa está de rechupete.
Cantharellus al ajillo una cazuela bien preparada y con el toque de guindilla exacto de esta seta que me gusta mucho. De nuevo generosa ración. Están preparadas como las angulas, con el aceite y el ajo. Muy ricas.
De segundo mi chica se pide Txipirones encebollados la ración esta vez es más que generosa. Casi excesiva. Buen punto de los txipis, un tanto tiesos, como debe ser. La cebolla potxada, acompañada por los tentáculos, sabrosa y bien preparada.
Yo he visto una carne que enseñaba a otra mesa y me ha convencido el color. Así que aunque he dudado en un principio entre un buen rodaballo y la carne, al final me he decantado por esta pues llevo una temporada que la tengo un tanto olvidada.
Así que Entrecot a la parrilla muy bien de sabor, un tanto escaso de temperatura pero he preferido dejarlo así y no perder el punto que tiene que está muy a mi gusto. Acompañado de unas patatas fritas ricas pero no recién cortadas. ¿Se me entiende?.
A fin de cuentas lo que más valoro yo en una carne es el sabor y esta concretamente lo tiene.
No tenemos sitio para los postres así que me pido mi cortao reglamentario que en esta ocasión está muy, pero que muy rico.
Dos buenos panes de txapata que aunque tienen muy buen tamaño desaparecen por el unte que hemos hecho.
Servicio muy atento, agradable y simpático e invitación al café.
Pues un sitio donde comer bien por un precio no muy exagerado y menos al tener en cuenta que está en el mismo centro de la capital y por donde deambulan clases privilegiadas de la sociedad.