Un sitio digno, sin florituras

Si tuviera que elegir un adjetivo para el restaurante sería digno. Montaje digno, servicio digno, cristalería y cubertería digna, comida digna, y así ad infinitum. Quizás lo único es que, el encontrarse en la planta superior de un bar bastante concurrido, desmerece un poco, y de hecho si no hubiese sido llevado por alguien que lo conoce, ni se me hubiese pasado por la cabeza ya no sólo subir, sino si quiera entrar en el local.
De lo gastronómico, pude degustar un salmorejo cordobés que estaba bastante bien (6 € una buena ración), y unos medallones de rabo de toro (creo que ayudades de tripa para dar forma y consistencia) que estaban realmente delicioso, acompañados de de verduras salteadas (setas, berenjenas y pimiento) y patatas fritas (13 €). En la carta en general, predominaban los pescados y carnes a la plancha/horno, y algún guiso. Cocina sin complicaciones.
De los vinos y su servicio, imposible juzgar mucho, ya que se limitó a ser pedido por copas por mi acompañante, y se nos sirvió el que bebe habitualmente (Paternina Banda Oro), correcto su servicio, y no pude ojear la carta.

Resumiendo, sitio correcto.