En un privilegiado entorno, al pie de la playa de Mogro, cerca de la desembocadura del río Pas y del Campo de Golf Abra del Pas se encuentra este hotel con encanto cuyo restaurante es moderno, confortable y amplio.

La cocina está basada en las joyas que proporciona el cercano Mar Cantábrico, en especial buenos pescados del día (jargo, bonito) o mariscos con especial protagonismo de “su majestad” la Langosta y “su alteza real” el Bogavante (Abacanto por estos lares), ambos de vivero. En nuestra visita caso elegimos Langosta, perfectamente cocida y muy sabrosa.

Y el vino…¡ay el vino!. Poco que hacer, volvemos a la carta comercial (cavas normales, algún Albariño y muchos Riojas y Riberas). Copas corrientes (si se piden sacan algo mejor). Servicio de mesas bueno y atento, aquí se nota la mano del hotel.

Un lugar para disfrutar de una excelente Langosta sin dejarte la visa en el empeño, algo que es de agradecer pues los precios del inigualable crustáceo están por las nubes, en un entorno muy agradable. Si mejorara el servicio del vino y la carta subiría muchos enteros. Recomendable eso sí, para amantes del marisco.