Para una emergencia resultó no del todo mal

Andábamos buscando muebles por la zona y se nos echó encima la hora de comer. No teníamos referencias en Sonseca y nos decidimos por este restaurante mientras tomábamos unas cañas en su barra con unas migas riquísimas que nos pusieron de aperitivo.
La sala del comedor es amplia pero acogedora; mesas muy separadas. Solo 2 mesas ocupadas, con lo que EL camarero estuvo atento en todo momento.
Carta con muchas referencias de la zona incluiada caza (lástima que se les acabara el solomillo de jabalí).
Comida para 3.
Entrantes a compartir: Un buen plato de migas (lo dicho, buenas) y unas setas de cardo ligeramente empanadas (no rebozadas) y sobre salmorejo (gustosas).
Segundos: 2 de lomo de venado y un solomillo de ternera (guarniciones bien presentadas con pisto sobre calabacín). La carne demasiado hecha para nosotros.
Postres: Solo un pudding de fruta (aceptable) acompañado de nata industrial.
Carta de vinos: Una docena de Castilla La Mancha, incluido algún Martúe, Dehesa Carrizal e incluso La Plazuela, a precios x2. No me ofreció muchas garantías el que los tenían a la vista en la sala. Entre esto y lo de tener que conducir, solo bebimos cerveza.

Precio total: 83,00€ (incluidas 4 cañas, 2 refrescos y agua mineral).

Nota: Efectivamente no es para ir a tiro hecho, pero si andas despistado por Sonseca...

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