El pasado fin de semana, aprovechando la fiesta de Nuestra Señora, volvimos a La Rioja (tierra en la que me encuentro muy a gusto y hace un tiempo que no acudía). Por recomendación de un amigo fuimos a comer al restaurante Palacio de Casafuerte, ubicado en un pueblo muy próximo a Haro.
La primera impresión fue alucinante. Nos esperábamos un restaurante pequeño dado el pueblo en que se emplazaba, ¡nada más lejos de la realidad! el estableciento cuenta con unos salones y jardines muy a tener en cuenta.
Había bastante gente comiendo (normal dado el fin de semana que era). En lo que a la comida respecta, decidimos decantarnos por un entrante individual y un segundo. En lo que a mí respecta tomé de primero una ensalada de manitas de cerdo (muy rica) y de plato fuerte algo que no había probado con antelación (hígado de pato con salsa de uvas y una cama de manzana al horno caramelizada), estupendo. De postre tomé una torrija con helado de turrón. Y finalmente un cafe sólo con hielo. El único pero es que tardaron un poquito en servirnos el primer plato (quizá pueda deberse a que había bastante comensales y que tuvieron que preparar unos cuantos entrantes individuales).
Regamos la comida con un vino D.O. Rioja, concretamente con un Ramón Bilbao Crianza.
Finalmente, los propietarios (pues tal y como nos contaron se trata de un negocio familiar) nos mostraron, con gran ilusión, el resto de instalaciones: salón de estar y la bodega (una gente simpática y humilde, un carácter muy riojano).
Volveremos seguro.

Hemos estado en este restaurante, y la verdad es que las 6 personas que hemos ido a comer, incluídos 2 niños, hemos salido encantados, tanto por la comida como por el trato que nos han dado. todo el tiempo pendientes de nosotros, si estábamos a gusto, si nos faltaba algo o si nos había gustado el plato, pero todo sin avasallar. hacia mucho tiempo que no nos sentíamos así de a gusto en algún restaurante, donde las prisas son las que dominan la mayoría de los sitios. queremos dar las gracias a esta familia que regenta este sitio, a su sencillez, sobre todo, y a su buen hacer. qué buen ejemplo para otros que tienen alguna que otra estrella y que se creen el ombligo del mundo. es un sitio ideal para visitar, y a la vez que degustarán una buena comida, el dueño les enseñará los calados, y les comentará cómo tienen proyecto de hacer un hotelito en el mismo palacio. (por cierto, que he leído un comentario anterior, que la cantidad es más bien escasa en los platos, y la verdad es que a nosotros nos ha parecido muy abundante). ha sido un placer conoceros. volveremos seguro.

Fuimos a comer un dia de entre semana tras haberlo visto anunciado en internet a pesar de que no nos pillaba de paso. Tenía la idea fija de pedir un cochinillo al horno pero ¡oh sorpresa! Entre semana NO funciona el horno por lo que tuve que pedir otra cosa.

Nos pedimos dos primeros, dos segundos, vino y cafes especiales (no nos cabía el postre), todo muy exquisito por un total de 80 euros. ¿relación calidad precio? Lo dimos por bueno. La comida fue tradicional pero con toques de modernidad y buena presentación y atención.

Al final nos enseñaron el restaurante, los calados y sus proyectos de futuro.

Fue una jornada muy agradable. Lo recomendaremos.

Mi experiencia en este restaurante ha sido magnífica.empezamos tomando un vinito en la terraza, a continuación pasamos a comer al restaurante.como no teniamos ni idea de que pedir pedimos consejo a una camarera, la cual nos aconsejo de maravilla.las raciones yo diria que de por demas,no en todos los sitios puedes comer por ese precio y esas raciones.la comida era excelente y el servicio mucho mejor,en todo momento estuvieron pendientes de que no nos faltara de nada.para finalizar el dueño del sitio nos enseño todas las instalaciones,que son dignas de ver, no en todos los sitios se puede comer y al final de la comida poder visitar todo aquello.
espero poder volver pronto!!!

Tuvimos el placer y alegría de compartir mesa con Mercedes López de Heredia, lo que siempre es un privilegio. Tomamos unos entrantes y luego segundos. Como han comentado antes, la cocina es tradicional con guiños a la cocina moderna. Coincido en que algunas raciones no son muy grandes, para el sitio que es y lo que se espera, pero la calidad es muy buena. El servicio, quizá porque no había más que otra mesa comiendo, fue excelente.

Tiene la ventaja de abrir los lunes, cuando otros restaurantes de su estilo cierran.

Merece la pena parar en Zarratón para comer, si se está de paso por la zona.

El lugar es de lo más acogedor, pero en el caso de la comida, las raciones son muy escasas. Preguntamos por teléfono cómo eran y nos dijeron que "majas", así que pedimos 3 raciones para cuatro; sin embargo, cuando llegamos vimos que no nos hubiese alcanzado ni con 5 para cuatro (quizá comemos demasiado...). El jamón de entrada era bastante malo y la chistorra escasísima. En cuanto al servicio, decir malo, es poco; efectivamente son muy jóvenes, pero en alguno de ellos se nota demasiado la falta de tablas. Sólo decir que nos trajeron una ración de lechazo en vez de cochinillo por equivocación, pero se dieron cuenta unos quince minutos después cuando vieron que les faltaba; menos mal que no la habíamos empezado, pues la retiraron y tras darle un paseo de disimulo por la cocina, automáticamente se la sirvieron al señor de la mesa de al lado.
No obstante, merece la pena, el cochinillo estaba de muerte.

Encantador restaurante fuera de ruta pero cercano a Haro. El Palacio ha sido restaurado por la familia que regenta el edificio. Cocina clásica riojana con guiños a la cocina de autor. Todo muy cuidado.El personal muy atento. Tomamos unas croquetas caseras y unos finísimos caparrones (alubias rojas pequeñas) de Anguiano a continuación. De segundo, cordero lechal al horno de leña. Para postres, no quedó sitio.Cafés y Gin tonic de Bombay Sapphire. Para regar el homenaje, un esplendido Tahon 01 Reserva , de Bodegas La Encina. 48 euros por persona. Excelente RCP. SI podeis visitar los calados de la antiquisima bodega del Palacio. Una pasada!

Muy bueno para estar en un pueblo tan pequeño.esta a 7 kilometro de haro. la comida es de primera .el sitio de 10.
los precios son muy nomales. y la gente es muy joven y amables. para pasar por zarraton y parar. mucha tranquilidad y calma. el vino de 10 buenas copas y manejo